martes, diciembre 27

40 Cazador cazado

FECHA GALÁCTICA: 27 de diciembre de 3302


"Las mejoras en la Ares van incrementando su capacidad combativa. Los nuevos refuerzos de casco y el blindaje militar han incrementado el peso, pero a cambio proporcionan una capacidad de supervivencia nada despreciable. Las modificaciones de motor de Palin han paliado un poco la pérdida de velocidad y maniobrabilidad, y las modificaciones de Elvira Martuuk en el motor de distorsión la hacen mantener un buen alcance de salto para la clase de navío que es. Y la nueva piloto se ha integrado bien con la tripulación. Quizá detecto cierta tirantez con Nakamura, pero..."

- Comandante, al puente.

La voz de Nakamura parece tranquila, por lo que me tomo un minuto para cerrar la sesión en la computadora y marcar la grabación del cuaderno de bitácora como borrador. La terminaré más tarde.

- ¿Qué tenemos? -digo con voz firme mientras me siento en el puesto del piloto.
- Es una Cobra Mk III buscada, pensé que podríamos hacer una interdicción y embolsarnos algo de dinero.

La Cobra del comandante v1p0FF, buscado por la justicia

Nakamura señala el punto brillante que se ve a través del ventanal navegando en supercrucero, a cierta distancia delante de nuestra nave, al parecer con el mismo rumbo.

- Cuarenta y cinco mil créditos de recompensa no es mucho, Nakamura... -le digo extrañado.
- Más los que pueda tener en otras jurisdicciones, comandante -interviene Haley y le sonríe a Nakamura, que la mira de reojo y arquea una ceja.

Se trata de una nave rápida. Si quiere escapar podría hacerlo fácilmente a menos que nuestro ataque sea fulgurante, y si tenemos que usar el escáner de registro criminal le daremos unos preciosos segundos que la pondrán fuera de nuestro alcance.

- Está bien. Vamos allá. Haley, prepárate para desplegar el caza. Nakamura, en cuanto comience la interdicción comunícate con el tal... comandante v1p0FF... y dile que se someta por las buenas a un escaneo o será destruido. Comenzando interdicción en 3, 2, 1... ¡ahora!.

El protocolo de interdicción es algo ya muy familiar para mi, pero en este caso el comandante se somete de inmediato. ¿Obediencia a la exhortación de Nakamura o una preparación para saltar a otro sistema en el menor tiempo posible? Lo veremos en seguida.

- ¡Comandante, detenga impulsores para someterse a un escaneo de seguridad! -escupe Nakamura sin misericordia.
- ¿Por qué? -contesta el comandante de la Cobra. Ah, ya veo. La recompensa...

Los anclajes de armamento están desplegados, y Haley ya tiene al caza en el espacio. A la mínima señal de intento de huida, abriremos fuego sin necesidad de que yo de orden alguna. Pero nada ocurre. La nave sigue estacionaria, sometiéndose al escaneo.

La Ares, con el caza Fobos recién desplegado. El otro caza, Deimos, permanece en el hangar.

- ¿Sabes?, la destrucción de mi nave tampoco me supone un problema. Pagaré mi seguro, mis crímenes quedarán limpios y volveré a volar.

Nos ha salido un poco chulo, el piratilla. Me cae bien. Nakamura hace un gesto negativo cuando termina el escaneo:

- Ninguna otra multa en otras jurisdicciones, comandante. Me temo que esos cuarenta y cinco mil créditos es todo lo que sacaremos.
- Está bien, déjame que hable con él -le digo a mi primer oficial.
- Le paso el enlace, comandante.

Un chasquido de estática me indica que tengo en línea al piloto. Su cara no me aparece en la holopantalla. Nos ha salido tímido.

- Aquí el comandante Escorpión. Hoy has tenido suerte. Soy un cazador de grandes presas y tu recompensa es demasiado pequeña para mi gusto, puedes continuar. Ten cuidado, comandante. La próxima no habrá piedad.

Pero antes de que llegue la contestación...

- Comandante, nave desconocida entrando desde supercrucero... es un Cúter imperal... ¡despliega anclajes! -dice Nakamura alarmada.
- Encarando, seleccionando objetivo, ¡potencia máxima a escudos, cero a motores!
- ¡Nos disparan! - avisa Björnsson.

Una ominosa presencia que se nos echa encima a rápidamente

La Cobra se pone a toda máquina y usa postquemador para alejarse, mientras Haley ya está atacando al Cúter. Las alarmas de calor me indican que la nave enemiga ha pasado por el taller de algún ingeniero que ha conseguido sacar un efecto especial para sus armas. No va a ser una pelea fácil.

- Los escudos aguantan bien, comandante. A este ritmo podemos mantenernos sin que toquen nuestro casco lo suficiente para acabar con ellos. Parecen penetrar los escudos de alguna forma, aunque los daños en el casco sean mínimos. Aguantaremos.

Björnsson sabe lo que dice. Cuenta con las mejoras que hicimos al escudo, los potenciadores de escudos y sus propias modificaciones y las células de recarga. También los refuerzos del casco y las mejoras del blindaje. La nave enemiga es rápida, pero su potencia de fuego es menor que la nuestra. Tampoco ha desplegado ningún caza. Aplico velocidad negativa y vector ascendente y ambas naves empiezan a girar una frente a otra intercambiando furiosos ataques.

- Nakamura, ¿qué tal encajan ellos nuestro ataque?
- Nuestros láseres de rayo hacen bajar su escudo a buen ritmo, comandante.

No puedo evitar una sonrisa satisfecha. Me pregunto qué hace la Cobra y si estaba metida en esta emboscada como cebo o ha sido todo una casualidad. Pero cuando echo un vistazo a los sensores para ver por dónde anda, se me congela la sonrisa en la cara.

- ¿Pero qué...? Atención, tenemos otro contacto en los sensores... ¡otro Cúter imperial!

Este rinconcito del espacio se está volviendo de repente en un lugar muy concurrido. La nueva nave debe ser un compinche más que se une a la fiesta. Y en efecto, para corroborarlo abre fuego contra nosotros en cuanto se pone a distancia. Me lo pienso un par de segundos, pero decido que no merece la pena. Nakamura me mira y veo en su mirada que piensa lo mismo: no vamos a poder con las dos.

- Replegando anclajes, voy a encararme con ellas y a cruzarme de frente. Björnsson, señuelos a mi señal... ¡Ahora!
- Comandante, activando célula de recarga, escudo en niveles peligrosos -avisa el gigante mientras gesticula con el interfaz desde su puesto.
- Activando navegación silenciosa. Salazar, eyector térmico a mi señal... ¡Ahora!

Busco un sistema cercano y activo el motor de distorsión. Con las maniobras hemos ganado unos segundos preciosos de tranquilidad, pero no tardan en volver a disparar sobre nosotros y los escudos bajan a buen ritmo con los dos Cúter pegados a nuestra popa: son rápidos y no puedo dejarlos atrás con la Corbeta federal, así que solo queda esperar que las medidas tomadas me consigan el tiempo suficiente para salir de ahí vivo... Y finalmente la computadora inicia la cuenta atrás, 4, 3, 2, 1... y saltamos sanos y salvos para luchar otro día.

"No olvidar al comandante v1p0FF", anoto en el cuaderno de bitácora.

viernes, diciembre 23

39 Puesta a punto para salir de caza

FECHA GALÁCTICA: 23 de diciembre de 3302

La joven estaba en el puente de mando revisando una pantalla tras otra, comprobando que todo estuviera en orden mientras se hacían las mejoras. Como la primer oficial, era su trabajo estar al tanto de todo. Pero su mente estaba en otro lugar. De vez en cuando, miraba de reojo al comandante.

Selene Jean, Ingeniera independiente con base en Kuk especialista en blindaje y refuerzos de casco

La Anaconda está hoy en los hangares de Prospector's Rest, en Kuk, donde la Ingeniera independiente Selene Jean está poniendo a punto los refuerzos de casco. La Atenea no lleva ningún refuerzo de casco normalmente (demasiado peso inútil para una nave de exploración), pero la sargento Salazar tuvo la buena idea de instalar todos los refuerzos de las naves de combate (la Imparable y la Ares) y hacer un solo viaje con la nave de mayor alcance de salto para ahorrar costes y tiempo. Björnsson y Salazar están fuera con el personal de la base, observando el proceso de mejora directamente y verificando sobre el terreno que todo está en orden.

Noche cerrada en Prospector's Rest cuando llegamos en la Atenea

Pero lo cierto es que todo eso traía sin cuidado a Nakamura. Estas últimas semanas, tras el fracaso en el ataque a aquella base terrestre, el comandante había decidido una serie de cambios en las naves, lo que incluía un pequeño hangar de cazas para la Anaconda y otro, de dos cazas, para la Corbeta federal. Eso llevó contratar un piloto para encargarse de pilotar el caza. Una piloto, para ser más exactos.

La piloto había encajado bien en la tripulación. La había escogido personalmente el comandante, en lugar de delegar en la primer oficial la selección de candidatos, como había ocurrido con Björnsson y Salazar. Y ahora mismo el comandante y ella están de pie, junto al asiento del piloto, bromeando sobre algo que Nakamura no acierta a escuchar. La risa de la mujer es franca y sonora, y echa la cabeza hacia atrás al reír. La bajísima gravedad de Kuk B 3 (apenas 0,15 G) hace que el pelo se le mueva de forma ridícula y le quede flotando alrededor de la cabeza unos segundos antes de volver a caer lentamente hacia abajo. Nakamura se toca su propio pelo instintivamente, comprobando que el fijador lo mantiene en su sitio. La nueva piloto es pelirroja y lleva el pelo un poco más largo que ella. Se pinta los labios a juego con el color del pelo. Es más alta que Nakamura, y su forma de andar es casi masculina. Haley, se llama. Haley Clemons.

Haley Clemons, de refugiada de Leesti a piloto de combate

Y lo cierto es que la joven reconocía que había sido una buena elección. A pesar de haber sido contratada con el rango de Inofensivo, ahora ostenta el rango de Experto tras los combates que habían tenido últimamente. Las misiones realizadas para obtener los materiales y mercancías que los Ingenieros demandan han sido moviditas y han permitido ponerla a prueba. Su comisión era por tanto más baja que si hubiera sido contratada con un rango de Experto, por ejemplo. Exactamente la mitad.

Habían realizado viajes de largo alcance hasta Maia para recoger fragmentos de artefactos desconocidos para el profesor Palin.

El comandante Escorpión usa el caza F63 Condor para examinar de cerca un artefacto desconocido

Y misiones de combate de diversos tipos para obtener los raros materiales y mercancías que no habrían podido conseguir de otra manera.

Además de conseguir los materiales y mercancías buscadas, vamos recaudando para cubrir gastos

Y no hay que olvidar las operaciones de minería para obtener la painita solicitada Selene Jean.

Nakamura había estado observando al comandante estos últimos días. Pasaba mucho tiempo con Haley. Ahora era la nueva piloto la que gobernaba la nave mientras el comandante estaba fuera con el VRS o pilotaba el caza para realizar en persona el reconocimiento de una base antes de atacarla. A veces pensaba en que no estaría mal que les reventaran la nave un día de estos: no hay cápsula de escape para un quinto tripulante, por lo que sería la última vez que viera la cara de Haley Clemons. Nakamura esbozó una sonrisa maliciosa.





domingo, diciembre 11

38 El duro suelo

FECHA GALÁCTICA: 11 de diciembre de 3302

La Vulture enemiga maniobra hacia nuestra popa con rapidez y agilidad, y mientras, la Ares trata de seguirla con los sistemas de punteria de las armas guiadas sin mucho éxito.

- ¡Comandante, necesito un ángulo de tiro! -masculla Nakamura intentando que los enormes láseres de rayo apunten a la nave enemiga.
- ¡Hago lo que puedo! ¡Esta nave parece un ladrillo con esta gravedad!

Cuando accedimos a aquella polémica misión de atacar esta base planetaria, no pensaba que el principal problema fuera un enemigo invisible que nos atrae y nos amenaza con estrellarnos contra las duras rocas de la superficie. Hace una semana aceptamos una misión de destrucción de deslizadores centinela y creía que este asalto no sería mucho más difícil. Me equivocaba.

La misión de eliminar drones de la semana pasada fue mucho más sencilla
La base que tenemos que asaltar hoy tiene drones, defensas terrestres, defensas antiaéreas y una nave de autodefensa, una Vulture pilotada por un piloto de categoría Letal.

El vozarrón de Björnsson hace retumbar los ventanales del puente de la corbeta:

- ¡Señor, escudos al 60 %! ¡Hay que alejarse de las baterías antiaéreas de la base!
- ¡Estoy en ello, estoy en ello!
- ¿Activo una célula de recarga? -añade la mole humana.
- Negativo, todavía aguantamos y estamos al límite de temperatura.

En la base, los drones de defensa aguardan a que la batalla aérea finalice
Aplicando postquemador nos alejamos de los antiaéreos de la base y hago girar la nave para encarar la Vulture. Nakamura le coloca una andanada completa de los cuatro láseres de rayo, los dos enormes y los dos medianos, que hacen caer los escudos de la pequeña nave antes de que nos sobrepase y vuelva a colocarse fuera de ángulo.

- Cambio a proyectiles. Deme un nuevo ángulo de tiro y acabo con ella en la siguiente andanada...

La voz de Nakamura vuelve a sonar neutra, concentrada. Agresiva.

- Un segundo, un segundo... perdemos altura... ¡Salazar, potencia a motores!
- Pasando máxima energía al condensador de motores, comandante -contesta la sargento.

Tarde. Estabamos demasiado cerca del suelo y el giro con la postquemación nos ha hecho perder altura y dirigirnos a un promontorio cercano. Vamos a colisionar.

- ¡Preparados para impacto!

Con el tremendo golpe, los escudos caen con el característico zumbido de intensidad decreciente y eso nos deja vulnerables a los disparos de la Vulture, que ya comienza a grabar con fuego el blindaje de nuestra nave, aprovechando bien su oportunidad. Sé que gracias a nuestro blindaje aguantaremos frente a ella, solo tengo que volver a girarme mientras ganamos altura.

- Agarraos, aplico postquemación otra vez. Girando... ¡atrás toda!

La palanca de gases de la nave sufre constantes tirones y empujones en esta lucha contra la Vulture y la gravedad

La nave gana altura y la hago girar para encarar al pequeño enemigo que nos acosa. Luego invierto motores y comienzo a desplazar la nave hacia atrás. Nakamura abre fuego con los cañones multitubo medianos y con el cañón grande. Incluso añade a intervalos los láseres de rayo, poniendo un ojo en la temperatura. Los impactos salpican el casco de la nave enemiga y la computadora de la nave hace bajar la estimación de su blindaje rápidamente. Además, los proyectiles del anclaje grande del cañón penetran en el interior de la nave enemiga en cada impacto, dañando los vitales sistemas internos.

El duelo frente a frente se prolonga por unos segundos, con nuestra corbeta desplazándose hacia atrás y la Vulture aproximándose a toda máquina para tratar de rebasarnos y apartarse de nuestro mortal cono de fuego. Pero la Vulture se deshace por momentos: no puede aguantar un fuego de esa magnitud. La nave enemiga explota y los pedazos trazan un arco ascendente y luego caen rápidamente a tierra.

Sin embargo, el intercambio no ha salido gratis. Los impacos de la Vulture, recibidos de frente, no solo han dañado un poco el casco de la Ares, sino que han dejado completamente agrietado el ventanal del puente.

La voz femenina de la computadora me sobresalta:

¡UNDER ATTACK!

- ¿Que demonios...? ¡Maldita sea, nos hemos metido de nuevo en el espacio aéreo de la base!

No podemos iniciar el asalto a la base planetaria con los escudos desactivados, hay que recargarlos primero. Tengo que revertir de nuevo la potencia, girar y aplicar postquemación para alejarme... ¡y ganar altura!

- ¡Por Randomius, nos vamos a chocar con esa torre!

Recibimos el impacto contra la torre por babor, mientras las baterías de tierra siguen disparando contra nosotros sin descanso. La nave se detiene y los ventanales estallan. El aire del puente escapa llevándose consigo los pedazos del cristal blindado. Salazar aplica potencia máxima a motores sin que tenga que darle la orden y la nave gana velocidad cuando empujo brúscamente la palanca y aplico de nuevo el postquemador, alejándose rápidamente. Pero para nosotros los segundos parecen minutos. Para cuando logramos alejarnos lo suficiente del alcance de las potentes baterías, el casco ha caído a un peligroso 15%...

- Nakamura, rumbo a la base. Tenemos el tiempo justo para llegar con el oxígeno que tenemos...
- Muy justo, comandante. Muy justo.

Por los pelos... otra vez

En efecto, ha ido muy justo. La factura de reparación de la corbeta es millonaria y además hemos fracasado en nuestra misión. Y por si fuera poco tenemos una pequeña recompensa sobre nuestras cabezas por el ataque a la base planetaria. Decididamente estas misiones no nos salen rentables.

En la tranquilidad de uno de los tugurios de Flade Enterprise, charlo con la tripulación sobre nuestros nuevos movimientos.

- Chicos, creo que es el momento de equipar a nuestras naves grandes con los nuevos hangares de cazas para uso civil. La Ares se beneficiaría de un hangar doble y la Atenea de uno simple.
- ¿Para qué un hangar doble, si la regulación de la Federación de Pilotos no nos permite lanzar más de uno? -interviene Nakamura.

Salazar carraspea y le contesta:

- Si uno resulta destruido, podremos lanzar el otro de inmediato sin esperar a que el ensamblador monte las piezas del nuevo caza.

Nakamura masculla algo en su japones nativo, algo malsonante sobre el sistema de telepresencia, el ensamblador de cazas y las limitaciones a desplegar un solo caza por nave. Me gusta la forma en la que arruga el entrecejo cuando se enfada.

- Nakamura, vamos a necesitar un piloto de caza para la tripulación... ¿se encarga de hacer una preselección? Nada demasiado caro, ya adquirirá experiencia con nosotros.
- Ya... el único requisito es que esté suficientemente loco como para embarcarse en nuestra nave sin cápsula de escape para él, ¿no?.
- Sí... es algo inquietante, ¿no te parece? Pero para eso cobran un buen porcentaje de los beneficios... -replico ante la mirada desaprobadora de todos.

Y para cambiar de conversación, añado algo más:

- ¿Y qué os parece si nos acercamos a los ingenieros para mejorar aún más el rendimiento de las naves? Seguro que Salazar tiene algunas ideas para cada una de ellas...

viernes, noviembre 25

37 El añorado hogar

FECHA GALÁCTICA: 14 de noviembre de 3302

DISTANCIA AL SISTEMA SOLAR: 15.820 años luz

La pesadilla en forma de estrella de neutrones quedó atrás y la sargento Salazar supervisó en persona que el sistema de reparación automatizado diera buena cuenta de los desperfectos causados. Tuve mis dudas acerca de volver hacia Jaques Station para reparar la nave por completo, pero desandar casi dos mil años luz no merecía la pena. Continuaríamos con los daños actuales, reparando los módulos esenciales.

Enana blanca en el sistema EEPHAILLS JR-D D12-317

Así que aquí estamos, contemplando esta nebulosa en el sistema GREAE HYPA XD-T D3-146 y decidiendo si merece la pena bajar a un trío de planetas que la computadora ha catalogado como activos en vulcanismo. Un par de ellos, que bailan en órbita conjunta con denominación B 1 A y B 1 B, presentan géiseres de vapor de silicato. El otro es un satélite denominado B 2 D A y supuestamente tiene géiseres de agua.

Nebulosa GREAE HYPA AA-A H23

Finalmente decidimos bajar a echar un vistazo, pero sin demorarse mucho: unas pocas horas en cada uno de los planetas para probar suerte. La táctica es sobrevolar la superficie a unos tres kilómetros de altura, con un vuelo en el que la proa de la nave apunte unos cuarenta grados hacia la superficie, haciendo uso de los impulsores de ascenso para compensar. Los ojos permanentemente puestos en los sensores y en el terreno, en busca de un característico contacto en forma de punto de interés o directamente sobre el terreno para una identificación visual.

La Atenea peina el terreno en busca de vulcanismo

Pero no hay suerte. En ninguno de los planetas logramos hallar ni rastro del vulcanismo que la computadora de la nave declara haber detectado en ellos. Aún así, aterrizamos y recorremos unas decenas de kilómetros en el VRS y aprovechamos para recoger minerales que siempre nos serán útiles más adelante. También disfrutamos de vistas sobrecogedoras.

El fantasmagórico cielo de GREAE HYPA XD-T D3-146 B 1 A, con su planeta gemelo observándonos
Y sin más tiempo que perder, emprendemos el regreso directo, haciendo paradas únicamente cuando detectamos algún planeta acuático o tipo Tierra...

Otro pequeño paraíso descubierto para la humanidad por nuestra expedición

...o para recargar combustible rozando las eyecciones de masa coronal que amenazan con achicharrar nuestra nave y convertirla en polvo y ceniza...

Haciendo surf cerca de la corona de las estrellas
FECHA GALÁCTICA: 25 de noviembre de 3302

Al fin, en casa. Los últimos mil años luz recorridos se han hecho eternos. Parecía que no llegaríamos nunca. Y además hace apenas una semana tuvimos conocimiento de que un par de misiones comunitarias buscaban datos de exploración, Children of Raxxla en HR 6421 y Tau Ceti Crimsom Legal Solutions en Tau Ceti. Tal como Nakamura predijo. Chica lista. Nos apuntamos a ambas y con extrema cautela atracamos en ambas estaciones y entregamos 1.000 informes en HR 6421 y 500 en Tau Ceti. En ambos casos alcanzamos la posición de los mejores 10% y tan solo eso ya nos reporta 32.480.000 Cr., más los 41 millones de créditos de la propia venta de los datos. Y no olvidemos el ascenso de rango a Pionero en la escala de exploración de la Federación de Pilotos. El resto de datos cartográficos, otros cuatro millones y medio, se los vendemos en Davy Dock a la Sirius Corporation, de la que pretendo obtener el permiso para viajar al sistema Sirius para ver a cierto Ingeniero que tiene allí su taller.

En total hemos ganado 78 millones de créditos entre los datos y las misiones. Pero lo cierto es que no es el dinero ganado lo que recordaré de esta odisea. Es el viaje lo que cuenta. Es la soledad absoluta en la que nos sumergimos durante semanas. Meses. Es estar frente al cosmos y sentirse insignificante.

El itinerario definitivo de la tercera expedición


Las imágenes tomadas durante el viaje forman ya un nuevo album en nuestra colección

martes, octubre 18

36 Un descanso en el camino y una trampa mortal

FECHA GALÁCTICA: 18 de octubre de 3302

DISTANCIA AL SISTEMA SOLAR: 22.000 años luz

Nuestro próximo objetivo está a la vista. La nebulosa Eol Prou tiene tonalidades azuladas y púrpuras y es espectacular verla crecer conforme nos acercamos.

La nebulosa Eol Prou, actual ubicación de Jaques Station
Una vez en el sistema, salimos de la velocidad de supercrucero y contemplamos la tremenda belleza del sistema desde dentro de la nebulosa. Han pasado meses desde el fallo catastrófico de su salto y desde fuera no se aprecian ya daños graves. El espaciopuerto parece estable y por lo que he oído, no va a volver a realizar saltos hiperespaciales en mucho tiempo. Quizá nunca vuelva a saltar.

La estación de Jaques vista desde la distancia, con el planeta y la nebulosa de fondo
Pero no perdamos la perspectiva.

- Nakamura: zafarrancho de combate.
- A la orden, comandante.
- Escudos al cien por cien -contesta casi instantáneamente Björrnsson.
- Configuración de potencia priorizando sistemas y armamento -dice en último lugar Salazar.

Echando una ojeada al puente, compruebo que la tripulación es una máquina perfectamente engrasada a estas alturas. No hemos tenido percances con naves hostiles hasta ahora, pero me consta que han ocurrido ataques en las últimas semanas. Allí donde hay un llamamiento a la comunidad acuden siempre manadas de lobos hambrientos.

- Nakamura, localíceme a todas las naves de la Federación de Pilotos que anden por las inmediaciones.
- Recibido. Tengo múltiples blancos en el exterior de la estación, aún no tenemos resolución de ninguno. Patrones de vuelo de tráfico normal: entrada y salida -la primer oficial va comunicando lo que arrojan los sensores pausadamente.
- Conforme vaya teniendo resolución...

Nakamura me interrumpe. No necesita que le diga lo que tiene que hacer.

- Tengo una Asp Explorer, un Crucero Beluga, una T-6... todas con configuración típica de carga o exploración.
- Excelente, Nakamura. Björnsson, abra comunicación con el comandante... Warcore. Veamos cómo están las cosas por aquí.

Intercambiamos unas palabras con el comandante Warcore antes de la aproximación definitiva a la estación
Siempre es agradable intercambiar impresiones cuando te cruzas con otro piloto en el vacío, pero es especialmente emocionante cuando te hallas a más de 20.000 años luz del hogar y llevas meses navegando sin descanso sin cruzarte con nadie. El comandante Warcore nos informa de que de momento está todo tranquilo, aunque hace unos días hubo varios ataques en las inmediaciones de la estación. Tras charlar un rato, Warcore parte hacia el centro de la galaxia y nosotros nos dirigimos a  realizar la aproximación final a Jaques Station.

Al fin, la Atenea entra en Jaques Station
Resulta extraño solicitar de nuevo permiso de atraque en una estación tras tantas semanas alejados de la civilización. Dejo que sea Nakamura quien maniobre la mole de la Atenea a través de la entrada, con una pericia cada vez más patente. La miro y pienso que pronto podría decidir ser la comandante de su propia nave. Quizá nuestros caminos se separen para siempre cuando llegue ese momento, y siento una punzada en el pecho al pensarlo. La nave se posa y Nakamura me mira y sonríe. Le devuelvo la sonrisa, pero tengo que esforzarme para ello.

- Bien, muchachos, -digo dirigiéndome a todos en tono festivo- es hora de tomarnos un pequeño descanso de unos días. Yo me encargaré de organizar las reparaciones de la nave, así que divertíos  y haced turismo por esta peculiar estación.
- ¡Gracias comandante! -dice Björnsson con entusiasmo infantil y se levanta con tal ímpetu, que la baja gravedad de la zona de atraque de la estación le juega una mala pasada: se separa del asiento sin que sus botas magnéticas se anclen al suelo y se golpea contra el techo con un sonido metálico.

La carcajada general termina de liberar las tensiones del viaje. El grandullón murmura algo mientras se rasca la cabeza y sale del puente y todos se dirigen a sus camarotes a recoger lo necesario antes de adentrarse en la estación. Y yo me quedo solo contemplando el puente vacío, escuchando el eco de sus risas y sus bromas mientras se alejan por el pasillo y bajan a las cubiertas inferiores.


FECHA GALÁCTICA: 31 de octubre de 3302

DISTANCIA AL SISTEMA SOLAR: 20.250 años luz

Ha sido una semana divertida. Nos hemos cruzado con muchos comandantes que han venido a Jaques Station a traer las necesarias mercancías y han terminado encontrando aquí un lugar estable donde ganarse la vida. Hemos sabido del establecimiento de una colonia en uno de los planetas y de un proyecto de un conjunto de bases espaciales a lo largo del camino de la burbuja habitada hasta aquí. Todo apunta a que este sector, que está empezando a ser llamado Colonia al igual que la nebulosa, se pueda convertir en una zona próspera a no mucho tardar. Quizá una segunda burbuja habitada incluso. Ya veremos en los próximos meses.

Por otro lado, hemos gastado más de un millón y medio en reparaciones y nuestra cuenta corriente ha bajado a cuarenta y siete millones y medio. Me consuela pensar que los tremendos gastos de mantenimiento que esta nave genera quedarán paliados con la venta de datos cartográficos una vez lleguemos a puerto seguro de nuevo. Resisto la tentación de vender ya los que llevamos acumulados solamente por consejo de Nakamura que, como siempre, me asesora acertadamente reservarlos por si en el camino de vuelta se abre alguna misión comunitaria que precisamente necesite de datos de exploración.

Y así, partimos de nuevo hacia la gran oscuridad con destino a casa.

En el sistema DRYOOE FLYOU BT-X C15-91 encontramos un pequeño paraíso desde el que se podrán ver tres nebulosas

La sargento Salazar, siempre al tanto de los últimos avances en ingeniería naval, ha sugerido una actualización de nuestro colector de combustible que permite aprovechar los chorros de radiación que emiten ciertos tipos concretos de estrellas para sobrecargar el motor de salto y hasta cuadruplicar su alcance de salto en el caso de las peligrosas estrellas de neutrones. Es una práctica peligrosa que deteriora el motor de distorsión, pero podría ahorrarnos mucho tiempo de viaje al acelerar tanto nuestro avance con cada salto.

Nos aproximamos a una estrella de neutrones para sobrecargar el MDD

Lo cierto es que las primeras veces que usamos una estrella de neutrones para sobrecargar el MDD y realizar un salto de más de ciento setenta años luz pasamos bastante miedo. Pero después, como todo, se convierte en rutina y enlazamos varios saltos desde estrellas de neutrones sin problemas, cubriendo una distancia de más de quinientos años luz en cuestión de minutos. Salvo por el paulatino deterioro del MDD, no tenemos la percepción de peligro al realizar la maniobra. Pero entonces ocurre la desgracia.

La Atenea realiza una peligrosa maniobra, que a la postre la conducirá a una terrible situación

- Preparando maniobra de aproximación al chorro de radiación -digo mecánicamente como tantas veces.
- Comandante, vamos demasiado rápido... -hay un punto de nerviosismo en la voz de Nakamura que me hace dar un respingo.
- Sí, voy a corregir la trayectoria...
- ¡Comandante, apártenos del chorro!
- ¡Maldita sea!, ¡el tirón gravitacional es demasiado fuerte, no vamos a conseguirlo!

Los crujidos en la nave se hacen ensordecedores en cuanto la proximidad al cuerpo celeste nos saca de supercrucero. Los chorros de partículas nos zarandean como su fuéramos una pluma en mitad de un tornado.

- ¡¡Björnsson, seleccione un sistema para saltar, el que sea!! -grito
- ¡¡Estoy en ello, estoy en ello!! -la atronadora voz del gigante de ascendencia vikinga suena marcada por la preocupación.

La retícula del sistema seleccionado me aparece a unos noventa grados a babor y en el plano del rumbo actual, así que activo de inmediato el motor de salto y comienzo la maniobra. En teoría, con una rotación y luego tirando de la palanca tardaría segundos en encarar el sistema, pero la nave es  prácticamente ingobernable.

- ¡Vamosssss, vamossssssss...!

No puedo evitar mascullar entre dientes mientras me afano en hacer que la proa de la nave apunte al sistema seleccionado para el salto. Pero parece una tarea inútil. Un nuevo crujido hace aparecer una grieta en el ventanal y se me hiela la sangre. Suelto la palanca de gases y agarro la palanca del timón con ambas manos mientras la computadora sigue advirtiéndonos de los daños.

- ¡¡VAMOS, MALDITA SEA, NO VAMOS A TERMINAR ASÍ!!, ¡¡NO PODEMOS TERMINAR ASÍ!!

miércoles, septiembre 21

35 El sumidero galáctico

FECHA GALÁCTICA: 21 de septiembre de 3302

DISTANCIA AL SISTEMA SOLAR: 25.900 años luz

La distancia más lejana a la que hemos estado de la cuna de la humanidad

Finalmente hemos llegado y contemplamos con estremecimiento el siniestro destino de toda la materia que compone la Vía láctea. El denso, oscuro, monstruoso y aterrador devorador de estrellas. El agujero negro que lentamente devora la galaxia, estrella por estrella. Sagittarius A*.

Frente a frente con el horror cósmico

Actualmente, alrededor del agujero negro supermasivo orbita una estrella gigante de tipo espectral B. Es azulada, muy brillante, y se mueve alrededor de Sagittarius A* con una rapidísima órbita elíptica, a una velocidad de más de 5.000 km/s, la órbita balística más rápida conocida. Se la conoce como Source 2 y tarde o temprano acabará destrozada por las fuerzas gravitatorias del silencioso asesino. Este no es un lugar agradable, y no pasamos mucho tiempo aquí. Sí, ha sido un largo camino desde que logramos reparar la computadora y abandonamos la carga que llevábamos a Jaques Station y que sabíamos que ya no podríamos entregar a tiempo, pero estar frente a "eso" da miedo. Este es uno de esos lugares que disfrutas más en el recuerdo que en el momento de estar allí...

La Atenea se aleja de Sagittarius A*

- Primer oficial, ¿estado del navío?

Sé perfectamente el estado de mi nave, pero me gusta como me lo cuenta Nakamura. En estos meses se ha dejado crecer un poco el pelo tras llevarlo muy corto un tiempo y ahora se ha vuelto a teñir de azul eléctrico, aunque solo un par de mechas. Con la ingravidez, llevar el pelo así de largo es un incordio y la obliga a usar fijador, así que hay un poco de coquetería en todo eso.

La subteniente Nakamura, cuyo nombre de pila es Hiromi. Un nombre que nunca he usado para dirigirme a ella, por cierto.

- El casco está al ochenta por ciento y casi todos los subsistemas tienen algún daño. Las integridades de los subsistemas oscilan entre el noventa y cinco y el ochenta y tres por ciento. Mantenemos desactivados el hangar de vehículos, uno de los eyectores térmicos y el sistema de autorreparación, con lo que ahorramos en energía y combustible, además de generar menos temperatura. Nos quedan en total cuatro usos de los eyectores térmicos.
- Excelente, Nakamura, creo que aguantaremos un poco más sin tocar puerto. ¿Qué tal si echamos un vistazo al Gran Aniquilador antes de visitar Jaques Station y hacer las reparaciones de rigor?

Mi respuesta es en un tono casual e intenta transmitir tranquilidad y sosiego. Ninguno de nosotros ha estado tan lejos de la civilización y nuestra nave comienza a mostrar síntomas de fatiga. La integridad estructural del casco sin duda debe estar muy tocada tras... ¿cuántos saltos seguidos?, ¿seiscientos ochenta?, ¿tal vez setecientos?. Un mal choque en un aterrizaje en un planeta de alta gravedad y si los escudos no aguantan lo suficiente podríamos acabar hechos pedazos.

- De aquí a que lleguemos a la estación de Jaques limitaremos nuestras actividades planetarias y las retomaremos tras las reparaciones, en el camino de vuelta -de nuevo uso un tono neutro.
- Entendido, comandante.

FECHA GALÁCTICA: 27 de septiembre de 3302

DISTANCIA AL SISTEMA SOLAR: 23.400 años luz

Nos hemos tomado con calma la aproximación al Gran Aniquilador. Hemos seguido una ruta indirecta que nos ha llevado a descubrir planetas tipo Tierra en nebulosas de gran belleza...

¿Contemplaremos los cielos nocturnos algún día desde la superficie de este planeta?

...y sistemas con estrellas formando racimos de diferentes tamaños y colores.

Contemplar varias estrellas próximas unas de otras es siempre un espectáculo digno de conservar

Pero lo cierto es que el sistema del Gran Aniquilador nos sorprende por contar con dos agujeros negros y múltiples estrellas en sus órbitas, incluyendo un planeta rocoso.

El sistema del Gran Aniquilador

El agujero negro es enorme, pero tras haber visitado Sagittarius A* no parece tan impresionante. No obstante, nos mantenemos alejados mientras grabamos las lecturas de radiación y procedemos a examinar el resto de cuerpos celestes del sistema.

El Gran Aniquilador, el segundo agujero negro más grande de la galaxia

Pero la visita al Gran Aniquilador marca un punto de inflexión en nuestro viaje. Es el inicio de un retorno que, tras varios meses travesía, comienza a ser algo que ansiamos todos.

lunes, agosto 8

34 Vámonos a dar un paseo por el centro

FECHA GALÁCTICA: 8 de agosto de 3302

DISTANCIA AL SISTEMA SOLAR: 6.340 años luz

La Atenea permanece inerte, flotando entre los gigantescos asteroides de hielo, a medio camino entre la burbuja habitada y el centro de la galaxia. En su vientre, las ahora inútiles 64 toneladas en generadores de energía destinados a las labores de reparación de Jaques Station son un simple lastre. La nave lleva virtualmente muerta más de una semana.

La Atenea en su ubicación actual, en un anillo perdido en mitad de ninguna parte

La peculiar estación del cyborg Jaques intentó hace algún tiempo un salto a Beagle Point, al otro extremo de la galaxia, y tamaña epopeya ha terminado en un fallo catastrófico que ha dejado varada a la estación en el sistema Eol Prou RS-T d3-94, a unos 22.000 años luz de la burbuja habitada y en una región no muy alejada del centro de la galaxia. A finales de julio Jaques hizo un llamamiento para que le enviaran el tantalio, los generadores de energía, los reguladores estructurales y las redes de energía que necesita para las extensas reparaciones que deben llevarse a cabo en la estación, y esto ofrecía una excelente oportunidad para sacar un dinero adicional en nuestro planeado viaje al centro de la galaxia. Una oportunidad que no íbamos a dejar pasar.

El llamamiento a la comunidad que el cyborg Jaques lanzó hace menos de una semana

El plan era llenar la bodega de generadores de energía y entregarlos en Jaques Station siguiendo el brazo de Orión, realizar reparaciones, vender los datos cartográficos recopilados en el viaje de ida y luego dirigirse al centro de la galaxia, para después volver a la burbuja habitada desde allí atravesando el brazo de Sagitario pasando por distintas nebulosas. Pero me temo que eso ya no será posible.

La ruta planeada para la Atenea, mucho más ambiciosa que nuestras dos expediciones anteriores

El problema está en la computadora central. Por suerte el soporte vital funciona, tenemos combustible, los impulsores responden y estamos en una órbita estable, cerca de este planeta con anillos de hielo. Pero no podemos movernos de aquí hasta que reparemos la maldita computadora. Sin ella, mejor dicho, sin el subsistema que realiza los cálculos astronómicos, no podemos poner en marcha el motor de distorsión para desplazarnos. Y es que viajar por el hiperespacio no es como dar un paseo por el campo: sin cálculos exactos podríamos chocar contra una estrella, o dar con una supernova, con lo que se acabaría el paseito.

Todo eran grandes esperanzas cuando partimos de nuestra base

El viaje fue bien los primeros días. Zarpamos el 22 de julio de 3302 y parecíamos avanzar a buen ritmo, que era mi máxima preocupación, ya que el tiempo empleado en llegar a Jaques Station era vital de cara a entregar a tiempo la mercancía solicitada, pues aunque había varias semanas de plazo, se esperaba una gran respuesta de la comunidad y el cupo podría cubrirse mucho antes del plazo estipulado. Descubrimos en esos primeros días muchos mundos tipo Tierra, acuáticos, de amoníaco, planetas terraformables de diversa índole, y algunas enanas blancas, estrellas de neutrones y un agujero negro. También tuvimos ocasión de admirar una nebulosa planetaria especialmente espectacular.

Esta nebulosa planetaria nos dejó asombrados

El agujero negro en el centro de la nebulosa

Mundo tipo Tierra

Mundo de amoníaco

Y entonces ocurrió. La brusca salida al espacio normal se tradujo en una sacudida de la nave que hizo que me mordiera el labio involuntariamente. No noté la herida hasta que el sabor salado de la sangre y las gotas, rojas y perfectamente esféricas, flotaron ante mi alejándose lentamente.

- ¡¿Qué ha pasado?!, ¡Salazar, informe! -grité por el comunicador.

La mujer estaba de guardia en el puente en ese momento y me extrañó oírla balbucear. Salazar no suele mostrar indecisión o falta de seguridad:

- No... no sé, comandante... será mejor que venga al puente.
- Recibido. ¡Atención, tripulación: zafarrancho de combate! -más vale prevenir que curar, dice un refrán.

La luz ambiental pasó al tono rojizo cuando Salazar activó el modo de combate. Björnsson fue el primero en llegar al puente con ágiles y rápidos movimientos que evidenciaban su familiaridad con el entorno de gravedad cero. Unos segundos después Nakamura me confirmó por el comunicador que también estaba en su puesto, y mientras yo me abría paso por los pasillos desde mi camarote apartando algunas cosas que habían salido de sus ubicaciones, ya estaban informándome de la situación:

- Los sensores están limpios: ni un contacto. Anclajes de armamento desplegados -dijo la primer oficial con voz calmada. 
- Escudos a pleno rendimiento -complementó Björnsson con la voz gutural del que se acaba de despertar de un profundo sueño.

Salazar tardó aún un poco en tomar la palabra por el comunicador. Era evidente que estaba enfrascada en el diagnóstico de la nave y me leía los resultados según los vomitaba la computadora.

- Impulsores... funcionando. Soporte vital... cien por cien de operatividad. Depósito de combustible... lleno...

Cuando llegué al puente todos estaban en sus puestos y me miraron a la espera de órdenes. Al ocupar el puesto del timón mi primera reacción fue comprobar los impulsores y respiré aliviado. Estábamos muy cerca de la parte más densa del anillo de hielo del planeta que estábamos escaneando. Alejé la nave varios kilómetros sobre el plano del anillo hasta quedar a una distancia segura y en una órbita que no se degradara.

Salazar seguía leyendo el estado de los sistemas:

- Armas... escudos... sensores... colector de combustible... ¡aquí!: motor de distorsión desconectado. Parece que nos ha sacado de supercrucero la desconexión repentina del motor de distorsión. Sin embargo su integridad está al cien por cien y no hay problemas de falta de energía. Voy a activarlo de nuevo... vaya, parece que no se activa...

La miramos todos con cierta extrañeza. La sargento era la que estaba de guardia en el puente, así que nadie excepto ella podría haber accionado la desconexión del motor desde la consola. Nakamura y Björnsson podrían haber accedido por los paneles de mantenimiento al motor directamente o a alguno de los cables que le suministran la energía y desactivarlo, pero... ¿qué sentido tendría un sabotaje que puede costarnos la vida a todos?. Era absurdo, tenía que ser una avería, pero ¿dónde?

Los pasillos de la Atenea se hacen larguísimos cuando se trata de revisar cableado y conductos

Las siguientes horas fueron frenéticas: un reinicio de los sistemas, revisión minuciosa del motor y los conductos de energía y refrigeración del mismo. Hasta que Salazar dió con el problema. Se acercó a mi con el semblante serio y preocupado del que tiene que dar una mala noticia y teme la reacción del oyente.

- Señor, creo... -empezó a decir con un titubeo- creo que sé cuál es el problema.

Me giré en el aire haciendo uso de los microimpulsores incorporados en el traje y ella desvió la mirada con cierto nerviosismo. Sentí de repente un vuelco en el pecho.

- Vamos, sargento, no tenemos todo el día...
- Quizá sí que tenemos todo el día, y muchos días... -dijo ella crípticamente, e inmediatamente se arrepintió de hacerlo. Bueno, el caso es que llevo dos horas examinando los registros de la computadora y... mire estas líneas:

Levantó su brazo y en la holopantalla de la computadora de su muñeca derecha parpadeaban en rojo varias líneas:

"SysFailure: memory bank 201b4fa87cff offline"
"SysFailure: navsubsistem offline"

Estaba claro como el agua: un fallo de hardware en la computadora que había afectado al sistema de navegación. Esto causa automáticamente una desactivación preventiva del motor de distorsión por parte de la computadora, ya que es incapaz de trazar con seguridad trayectorias de navegación a velocidades hiperlumínicas.

- Estupendo entonces, -dije yo con la confianza que da la ignorancia- identificar el problema es el primer paso para la solución. Solo hay que sustituir el circuito de memoria por uno de repuesto, actualizar el firmware incorporado si fuera necesario, volcar copia de seguridad de los datos del subsistema afectado... en fin... esas cosas que ustedes los ingenieros están tan capacitados para hacer -dije sonriéndole a Salazar de forma tranquilizadora.

Mi sonrisa se congeló cuando quedó claro por su sombrío rostro que Salazar no compartía mi optimismo.

- El problema es que... no tenemos repuestos de esas memorias. Olvidamos cargar esos suministros. Y los nanobots del sistema de autorreparaciones pueden reparar o fabricar cables, paneles, conductos y otras cosas sencillas, pero no pueden construir un circuito como ese y su firmware asociado...

Durante unos segundos no supe qué decir. No podía ser cierto. No podíamos estar condenados a morir aquí por un miserable circuito de la computadora, y sin embargo parecía que así era. ¿Cómo podían haberse olvidado de cargar los repuestos?. Pero no era el momento de buscar culpables, todos me miraban, esperaban con ansia mis palabras, las órdenes precisas que nos sacarían de allí a todos como en otras ocasiones. Crucé la mirada con Nakamura. Sus ojos mantuvieron mi mirada un segundo y luego se desviaron al suelo.

- Está bien. Está bien... -repetí mientras pensaba, haciendo gestos afirmativos con la cabeza de forma inconsciente.

- No tenemos la pieza ni podemos fabricarla. Pero quizá podríamos utilizar otro de los circuitos de memoria cuyo firmware sea compatible con el del subsistema de navegación, y por tanto pueda albergarlo. Si los subsistemas basados en ese circuito de memoria no son vitales, podríamos trasladarlo y montar de nuevo el subsistema de navecación en ese otro circuito. ¿Es eso posible Salazar?

La mujer se llevó la mano a la mandíbula y la masajeó pensativa durante lo que me pareció una eternidad.

- ¿Es posible? -dije con cierta impaciencia.
- Creo que sí... la computadora de la nave es un sistema complejo, algunos de los circuitos de memoria son específicos y dedicados, pero otros son comunes y compatibles. Habría que reemplazarlos y, mediante ensayo y error, encontrar uno compatible.

Mientras hablaba gesticulaba con las manos y la expresión de su cara cambiaba: había una posibilidad.

- ¡Excelente!, no perdamos tiempo, póngase manos a la obra y díganos lo que necesite. Estamos completamente en sus manos, sargento.

La mujer asintió en silencio enérgicamente y se impulso hacia la puerta, salió del puente y desapareció en dirección a las entrañas del delicado cerebro de la nave...

Salazar comienza a probar el intercambio de los circuitos para reparar la computadora

sábado, julio 30

33 Misión de escolta

FECHA GALÁCTICA: 20 de julio de 3302

- Llegando al punto de reunión, comandante.
- Entendido, Nakamura. Tomo los mandos.

La inmensa mole de la Ares comienza a moverse entre el par de estrellas del sistema Kurnai y la sitúo en una posición dominante, sobre el conjunto binario. Desde ahí controlamos el tráfico entrante al sistema. Una vez en posición, establezco contacto con el resto del escuadrón en la frecuencia beta:

- Comandante Alepf, ¿donde está su corbeta?
- Aquí Alepf, estamos patrullando el sistema en supercrucero, cerca de Banks Station. Alepf fuera.
- Recibido Alepf. Comandante Dbyte, ¿posición?
- Aquí Dybite, acabo de llegar, menudo paseo me he dado... me dirijo con mi Diamondback Scout a Banks Station. Corto.
- Recibido Dybite. Comandante Linceo, ¿sigue tu Anaconda en Banks Station?
- Afirmativo, todo tranquilo, ningún comandante sospechoso. Linceo fuera.
- Recibido Linceo. Corto.

La posición de la Ares sobre el par binario de Kurnai

Hace varios días que el comandante TCAS, de los Corsarios de Heimdal, contactó con nosotros y planificamos esta pequeña reunión. El motivo no es otro que nuestro ofrecimiento días atrás como escolta para el regreso del comandante SKafre de su largo viaje de exploración. Su Asp Explorer viene algo tocada del épico viaje y no quiere sobresaltos inesperados a su llegada al espacio habitado. Se han mantenido en completo secreto tanto la fecha de llegada como su itinerario previsto, salvo para los pocos que nos vamos a encargar de su escolta. Entre otros, los comandantes TCAS, Aken, X-Form, Nebula, Ishwin, XPI2, Alepf, Dybite, Linceo, MichifuII, El bentusi, Arim o Galactic Thor. La frecuencia alfa, que uso en exclusiva con el comandante TCAS, muestra una comunicación entrante:

- Comandante Escorpión, aquí el comandante TCAS. ¿Está tu grupo de intervención listo?
- Aquí Escorpión. Todos en posición y a la espera de órdenes.
- Recibido. Envío el plan de vuelo con todos los puntos de ruta. Estamos a escasos minutos del primer punto de ruta. Hay que ponerse en marcha. Cambio y corto.

Finalmente, se acaba la espera y empieza el trabajo. Como jefe de uno de los grupos de intervención, debo coordinar al equipo para que el sistema se mantenga limpio.

- Atención equipo. TCAS confirma que el comandante SKafre está a pocos minutos de nuestra posición. Llegará al sistema en cualquier momento: comiencen la operación. Barran del espacio a cualquier comandante buscado. Si se topan con algún comandante sospechoso, intercéptenlo aunque esté limpio. No estará de más interrogarlo por si acaso.
- Recibido, Alepf escaneando a todas las naves en supercrucero próximas a Bank Station.
- Dybite en posición.
- Aquí Linceo, en el exterior de Bank Station todo tranquilo.

La Asp Explorer de SKafre entra en el sistema escoltada por otras dos naves, una de las cuales me consta que es la Asp Explorer de TCAS. Su viaje por el sistema hasta Bank Station transcurre sin novedad, y la Ares sigue al grupo en supercrucero de forma discreta, listos para intervenir si alguien intenta una interdicción.

- Björnsson, ¿como está el tráfico?
- Todo tranquilo, ni una nave con recompensa en el escáner. Hay una Anaconda por babor que no hemos escaneado, pero no sigue un ruta de intercepción, parece ir a lo suyo...
- No obstante... más vale prevenir que curar. Viro a babor noventa grados para enfocarla. Cuénteme algo de ella, subteniente.
- Nombre, Jason Sbaraglia, limpio. Rango de combate: competente. Por lo que me cuentan los subsistemas, es uno de esos comandantes confiados e inofensivos, explorador o mercader: no lleva arma alguna.
- Excelente, volvemos al rumbo.

En unos minutos recibimos notificación de TCAS por el canal alfa:

- A todos los grupos, el paquete está en la estación.

Todos respiramos tranquilos. En esa primera parada la vieja nave de SKafre podrá realizar las urgentes reparaciones necesarias y vender los primeros paquetes de datos cartográficos. Pero aún quedan puntos de ruta por recorrer, ya que tiene previsto realizar una venta de datos selectiva por varias estaciones.

- Chicos, pasamos al siguiente punto de ruta. Todavía nos quedan unas horas de limpieza.

Entonces llegamos al sistema 20 Ophiuchi, en el que el comandante SKafre tenía previsto descender a la superficie planetaria y atracar en Walters Silo. Nada más saltar, se reciben comunicaciones de alerta.

- ¡Atención, aquí Dybite, Nave de descenso federal buscada!
- ¡Aquí Linceo, tengo una Asp Explorer pirata!
- Aquí Alepf, yo capto varias naves sospechosas más.
- Está bien, veo a la Nave de descenso. Un tal Andy Kellock, competente. Yo me encargo de ella, atacad al resto.

Mientras ejecuto la intercepción sobre la Nave de descenso federal, abro el canal alfa para avisar a TCAS.

- TCAS, aquí Escorpión. 20 Ophiuchi comprometido. Esperad a mi señal para entrar.
- Recibido. Permanecemos a la espera de instrucciones.

La Nave de descenso federal sale de la interdicción como una peonza. Nuestra Ares no entra en el espacio normal de mejor manera, pero logro encarar primero al oponente y entramos en distancia. Andy Kellock abre una comunicación con nosotros, pero ni siquiera escucho su palabrería. Nakamura ya ha desplegado los anclajes de armamento y espera mi orden.

- Nakamura, andanada de láseres completa. En cuanto caiga su escudo, abre fuego con los multicañones y el cañón ventral.

Los láseres de rayo hacen caer los escudos enemigos en un abrir y cerrar de ojos

Una sonrisa de medio lado aparece en el rostro de la joven mientras dispara y comienza a seleccionar blancos específicos en la nave enemiga. Los cuatro láseres de rayo tardan exactamente tres segundos en desintegrar el escudo de la nave enemiga, que inmediatamente trata de romper el contacto poniendo distancia. Su velocidad es mayor que la nuestra, pero no puedes correr mucho cuando te revientan los motores. Una vez que el condensador de armamento vuelve a acumular energía, Nakamura complementa la andanada de las armas de energía cinética con otra andanada de los láseres de rayo. Los motores de la nave enemiga mueren con una pequeña explosión y la nave permanece rotando lentamente mientras se desplaza en la última dirección de impulso. Hacerla volar en pedazos es casi un ejercicio de misericordia.

- Aquí Dybite en ruta de intercepción, voy a echarte una mano.
- Negativo Dybite, el combate ya ha terminado. Vuelvo a supercrucero.

Los demás también han dado cuenta de sus presas. Ha sido una limpieza rápida, así que nos desplegamos por el sistema para asegurarnos de que no quedan indeseables que amenacen a SKafre. Solo cuando todo está en orden doy paso al grupo de TCAS.

- Recibido. Vamos a reunirnos en Walter Silo. Nos vemos allí.
- Recibido, nos vemos en Walter Silo. Corto.

La llegada al planeta es un trayecto tranquilo. Mantenemos la vigilancia, pero no hay enemigos a la vista, y por fin logramos reunirnos físicamente con el grupo principal durante un rato. Esperamos a los otros grupos holgazaneando por los alrededores de la base planetaria, con un vuelo indiferente.

La Asp Explorer de SKafre aterriza en Walters Silo

Mientras tanto, una inquietante comunicación de otro de los grupos llama nuestra atención...

- Aquí El bentusi... tenemos un comandante no registrado como miembro de la escolta metiendo las narices. Se trata de Orion3z a los mandos de una Anaconda, ¿tenemos permiso para atacar?
- Aquí TCAS, en efecto Orion3z se presentó voluntario para la escolta, pero finalmente se dio de baja. No es un miembro autorizado, habrá que comprobar sus intenciones...
- Aquí Arim, ¿entonces podemos atacar? Yo le disparo y, ya si eso, pregunto luego...
- Aquí Escorpión, detecto sed de sangre, damas y caballeros... tengamos paz. Seguro que Orion3z solo pasaba por aquí... ¿no es así Orion3z?, ¿me recibes?
- Orion3z al habla. Sí, os recibo alto y claro... eeeemmm, hola, ¿qué tal?, ¿qué pasa por aquí?, tenía un rato y me he dicho: vamos a echar un vistazo, ¿no?

La tensión finalmente se relaja y bromeamos un rato. Comienzan a llegar el resto de comandantes y empezamos a estar un poco apretados en el espacio aéreo de la base planetaria. Las autoridades locales se ponen nerviosas. Cuento tres Corbetas federales, dos Anacondas, dos Python y un buen número de otras naves menores... una pequeña flota que puede resultar amenazante a miradas suspicaces. Algunos comandantes hacemos vuelos rasantes que podrían considerarse temerarios, y entonces ocurre lo inevitable.

- ¿Son eso disparos? ¡¿Quién está disparando?! -grita uno de los comandantes.
- ¡Socorro, la base me dispara!, ¡que ha sido sin querer!

Detecto la voz de Dybite y me giro en el puente para tener a la vista su posición. La escena es casi cómica: la Diamondback scout del comandante Dybite trata de alejarse de la base mientras los haces láser le alcanzan y los misiles le persiguen dejando una estela de partículas en su frenético viaje, cargados de destrucción.

La Diamondback Scout de Dybite, a estribor de la Ares, segundos antes del desastre
- ¡Sal de ahí, haz maniobras evasivas, usa contramedidas!

Mis gritos por la radio no sirven de nada. Los misiles alcanzan la nave de Dybite, ya maltrecha, y explota en el aire, sembrando de restos el terreno a medio kilómetro a la redonda. Cuando recuperamos su cápsula, lo primero que nos dice es:

- Choqué con ese deslizador sin darme cuenta... ¡no quería romperlo, fue sin querer!

Nos reímos un buen rato tomando unas copas en la estación y fue un descanso bienvenido durante la misión. Pero no habíamos terminado: aún quedaban un par de puntos de ruta que recorrer y teníamos que ponernos de nuevo en marcha. El siguiente punto de ruta era Eleu, y encontramos más acción incluso que en el sistema anterior. Una Asp Explorer, una Cobra Mk III y una Cañonera federal caen en Eleu bajo nuestras armas, mientras el resto del escuadrón realiza una tarea de limpieza similar. El resto del camino hasta el sistema Mechet, donde finaliza la misión, transcurre sin problemas. Nos reunimos de nuevo en Crow Ring a modo de despedida y nos felicitamos por concluir la misión.

Algunas de las naves de la escolta en Crow ring, el punto de despedida.
En general la misión puede considerarse un rotundo éxito y las recompensas obtenidas durante la misma por los criminales abatidos vendrán bien para nuestra siguiente empresa.

- Buen trabajo tripulación. Vamos a volver a la base para atracar la Ares y darle un merecido descanso mientras ponemos a punto la Atenea para un paseito que tengo planeado.
- ¿Paseito? -la sargento Salazar dirige la mirada a Nakamura en busca de alguna pista sobre el significado de mi expresión, pero la joven se mantiene impasible.
- Sí, no haga planes para los próximos meses...