FECHA GALÁCTICA: 16 de enero de 3302
Hace ya algunos días que viajamos en la Medusa realizando
una exploración de corto alcance por los alrededores de la burbuja habitada.
Buscamos pistas sobre unas estructuras orgánicas alienígenas de las que hemos
oído hablar. Al principio solo eran rumores, comunicaciones recibidas desde el
espacio profundo desde algunas nebulosas, procedentes de exploradores que decían haber
visto estructuras alienígenas parecidas a percebes. Incluso decían que habían
extraído materiales de ellos... pero sin embargo ningún comandante había
mostrado pruebas de su existencia. Al parecer, no habían vuelto para contarlo o mantenían en secreto sus hallazgos. Sin embargo en los mercados había un creciente interés por las supuestas meta-aleaciones de las que hablaban los rumores, que en teoría eran el material recogido de dichas estructuras a las que apodaban "percebes espaciales". Algunas facciones incluso han lanzado al tablón de anuncios misteriosas misiones para obtener estas "aleaciones extrañas". Con una de esas misiones en nuestro panel, y una semana para cumplirla, nos encaminamos a las Pléyades.
En realidad todo el asunto del interés por los "percebes espaciales" empezó cuando, de manera fortuita, mientras
realizábamos misiones cerca de la nebulosa de las Pléyades en nuestra nueva
nave, nos topamos con un artefacto desconocido flotando libremente en el
espacio. De repente los artefactos desconocidos ya no eran algo que los
convoyes de la Federación, o incluso del Imperio, transportaban secretamente y
fuertemente protegidos, sino que habíamos encontrado el lugar de donde los
estaban obteniendo: las Pléyades.
Colaborando de nuevo con nuestros viejos amigos del Canonn Research Group, recibimos
confirmación de que los artefactos
desconocidos se encuentran en dicha nebulosa, y parecen orientarse para apuntar
a un sistema concreto: Merope. Aportamos nuestra nueva nave Python equipada con
vehículos de exploración de superficie para explorar a fondo los distintos
cuerpos del sistema, sin descuidar la potencia de fuego, algo que la más ligera
Astrea, una Asp Explorer, no nos permite hacer con garantías.
Con la Medusa aterrizada a cierta distancia, nos acercamos para examinar las instalaciones fuertemente defendidas. |
Una vez eliminados los drones y las torretas defensivas, piratear el punto de acceso a datos es sencillo. |
En la superficie se suceden los encuentros con restos de todo tipo: restos de naufragios de donde obtenemos algún botín, bases secretas de grupos de dudosa moralidad en las que aprovechamos para infiltrarnos y obtener datos secretos que vender a las autoridades, e incluso los restos de una baliza de navegación que cayó al planeta tras sufrir algún tipo de avería.
Restos de un naufragio diseminados en varios cientos de metros a la redonda. |
Misteriosamente, en estos restos todavía funcionaba un transmisor, del que recogimos los datos. |
Es curioso encontrar una baliza en un sistema deshabitado. ¿Un intento fallido de colonizar el sistema? |
- ¡Comandante, los han encontrado, tenemos contacto con
ellos! -dice con voz de niña incapaz de contener el entusiasmo.
- ¿Qué?, ¿quién?, ¿dónde? -replico ávido de más datos.
- El enlace con Canonn Research Group informa de que el
comandante Octo ha encontrado estructuras orgánicas alienígenas en Merope 5C, concretamente en las coordenadas: -026.3496° / -156.4044°
- ¡Excelente noticia! Termino el escaneo de esta baliza y vuelvo al
hangar de vehículos. Prepara la nave para el despegue inmediato.
El viaje hacia Merope 5C dura varios minutos, y nos lleva un
buen rato sobrevolar la superficie hasta llegar a las coordenadas y comenzar el
reconocimiento visual a baja cota. Sin embargo al cabo de un rato un diminuto
brillo verdoso destaca en la superficie cerca de un risco en el interior de
unos cañones.
- Tomo los mandos, Nakamura, permanece atenta. No quiero
sorpresas desagradables, no sabemos qué podrían hacer estas cosas... recordemos
que los artefactos desconocidos eran corrosivos.
- Recibido comandante... los sensores no registran ninguna
anomalía.
- Tomando tierra. Distancia a la estructura central 100
metros. Voy a salir con el VRS.
- Tenga cuidado, comandante...
Me giro con una sonrisa de autosuficiencia, con la intención
de tranquilizar a la muchacha, pero la advertencia que me veo en la obligación
de hacer a continuación borra ese patético intento.
- Si ocurre algo, márchate con la nave rápidamente e informa
de lo que veas al Canonn Research Group, ¿entendido?
- Sí... claro comandante.
Sin demora, subo al VRS y tras descender al suelo con precaución debido a la escasa gravedad, apenas dos décimas partes de la terrestre, me aproximo con cautela.
La aproximación es cautelosa, y mentiría si dijera que no estaba esperando recibir algún tipo de ataque. |
Con los ojos y los oídos bien abiertos, poco a poco me aproximo a las protuberancias exteriores, que exhiben una especie de "frutos" de color verde y de diferentes tamaños o estados de maduración que emiten luz propia.
- Nakamura, ¿estás registrando todo esto?
- Afirmativo, comandante, la cámara transmite sin interferencias... aunque se oye un extraño ruido de fondo.
- Si, yo también lo oigo... estas estructuras parecen emitir algún tipo de radiación, como los artefactos desconocidos...
- Tenga cuidado comandante.
Sonrío en la cabina, con una extraña sensación al saber que se preocupa por mi.
Tras un largo periodo de análisis, paseo con el VRS por las inmediaciones de la estructura central |
Siguiendo las pautas establecidas por el Canonn Research Group, procedo a realizar grabaciones de vídeo y audio y a probar diferentes reacciones de las estructuras. Los únicos resultados tangibles consisten en la extracción con éxito de materiales diversos y de las consabidas meta-aleaciones. Al parecer esos extraños "frutos" de las protuberancias exteriores pueden ser obtenidos destruyendo los pilares que las contienen con cualquier tipo de arma. La mayoría, los más pequeños, proporcionan diferentes materiales, y dos más grandes proporcionan meta-aleaciones.
Pero ya es hora de concluir la expedición y volver a Obsidian Orbital en el sistema Maia, con la satisfacción de ver cumplida nuestra misión y compartir los datos obtenidos con la comunidad científica, que serán los que sepan qué hacer con ellos.