martes, octubre 18

36 Un descanso en el camino y una trampa mortal

FECHA GALÁCTICA: 18 de octubre de 3302

DISTANCIA AL SISTEMA SOLAR: 22.000 años luz

Nuestro próximo objetivo está a la vista. La nebulosa Eol Prou tiene tonalidades azuladas y púrpuras y es espectacular verla crecer conforme nos acercamos.

La nebulosa Eol Prou, actual ubicación de Jaques Station
Una vez en el sistema, salimos de la velocidad de supercrucero y contemplamos la tremenda belleza del sistema desde dentro de la nebulosa. Han pasado meses desde el fallo catastrófico de su salto y desde fuera no se aprecian ya daños graves. El espaciopuerto parece estable y por lo que he oído, no va a volver a realizar saltos hiperespaciales en mucho tiempo. Quizá nunca vuelva a saltar.

La estación de Jaques vista desde la distancia, con el planeta y la nebulosa de fondo
Pero no perdamos la perspectiva.

- Nakamura: zafarrancho de combate.
- A la orden, comandante.
- Escudos al cien por cien -contesta casi instantáneamente Björrnsson.
- Configuración de potencia priorizando sistemas y armamento -dice en último lugar Salazar.

Echando una ojeada al puente, compruebo que la tripulación es una máquina perfectamente engrasada a estas alturas. No hemos tenido percances con naves hostiles hasta ahora, pero me consta que han ocurrido ataques en las últimas semanas. Allí donde hay un llamamiento a la comunidad acuden siempre manadas de lobos hambrientos.

- Nakamura, localíceme a todas las naves de la Federación de Pilotos que anden por las inmediaciones.
- Recibido. Tengo múltiples blancos en el exterior de la estación, aún no tenemos resolución de ninguno. Patrones de vuelo de tráfico normal: entrada y salida -la primer oficial va comunicando lo que arrojan los sensores pausadamente.
- Conforme vaya teniendo resolución...

Nakamura me interrumpe. No necesita que le diga lo que tiene que hacer.

- Tengo una Asp Explorer, un Crucero Beluga, una T-6... todas con configuración típica de carga o exploración.
- Excelente, Nakamura. Björnsson, abra comunicación con el comandante... Warcore. Veamos cómo están las cosas por aquí.

Intercambiamos unas palabras con el comandante Warcore antes de la aproximación definitiva a la estación
Siempre es agradable intercambiar impresiones cuando te cruzas con otro piloto en el vacío, pero es especialmente emocionante cuando te hallas a más de 20.000 años luz del hogar y llevas meses navegando sin descanso sin cruzarte con nadie. El comandante Warcore nos informa de que de momento está todo tranquilo, aunque hace unos días hubo varios ataques en las inmediaciones de la estación. Tras charlar un rato, Warcore parte hacia el centro de la galaxia y nosotros nos dirigimos a  realizar la aproximación final a Jaques Station.

Al fin, la Atenea entra en Jaques Station
Resulta extraño solicitar de nuevo permiso de atraque en una estación tras tantas semanas alejados de la civilización. Dejo que sea Nakamura quien maniobre la mole de la Atenea a través de la entrada, con una pericia cada vez más patente. La miro y pienso que pronto podría decidir ser la comandante de su propia nave. Quizá nuestros caminos se separen para siempre cuando llegue ese momento, y siento una punzada en el pecho al pensarlo. La nave se posa y Nakamura me mira y sonríe. Le devuelvo la sonrisa, pero tengo que esforzarme para ello.

- Bien, muchachos, -digo dirigiéndome a todos en tono festivo- es hora de tomarnos un pequeño descanso de unos días. Yo me encargaré de organizar las reparaciones de la nave, así que divertíos  y haced turismo por esta peculiar estación.
- ¡Gracias comandante! -dice Björnsson con entusiasmo infantil y se levanta con tal ímpetu, que la baja gravedad de la zona de atraque de la estación le juega una mala pasada: se separa del asiento sin que sus botas magnéticas se anclen al suelo y se golpea contra el techo con un sonido metálico.

La carcajada general termina de liberar las tensiones del viaje. El grandullón murmura algo mientras se rasca la cabeza y sale del puente y todos se dirigen a sus camarotes a recoger lo necesario antes de adentrarse en la estación. Y yo me quedo solo contemplando el puente vacío, escuchando el eco de sus risas y sus bromas mientras se alejan por el pasillo y bajan a las cubiertas inferiores.


FECHA GALÁCTICA: 31 de octubre de 3302

DISTANCIA AL SISTEMA SOLAR: 20.250 años luz

Ha sido una semana divertida. Nos hemos cruzado con muchos comandantes que han venido a Jaques Station a traer las necesarias mercancías y han terminado encontrando aquí un lugar estable donde ganarse la vida. Hemos sabido del establecimiento de una colonia en uno de los planetas y de un proyecto de un conjunto de bases espaciales a lo largo del camino de la burbuja habitada hasta aquí. Todo apunta a que este sector, que está empezando a ser llamado Colonia al igual que la nebulosa, se pueda convertir en una zona próspera a no mucho tardar. Quizá una segunda burbuja habitada incluso. Ya veremos en los próximos meses.

Por otro lado, hemos gastado más de un millón y medio en reparaciones y nuestra cuenta corriente ha bajado a cuarenta y siete millones y medio. Me consuela pensar que los tremendos gastos de mantenimiento que esta nave genera quedarán paliados con la venta de datos cartográficos una vez lleguemos a puerto seguro de nuevo. Resisto la tentación de vender ya los que llevamos acumulados solamente por consejo de Nakamura que, como siempre, me asesora acertadamente reservarlos por si en el camino de vuelta se abre alguna misión comunitaria que precisamente necesite de datos de exploración.

Y así, partimos de nuevo hacia la gran oscuridad con destino a casa.

En el sistema DRYOOE FLYOU BT-X C15-91 encontramos un pequeño paraíso desde el que se podrán ver tres nebulosas

La sargento Salazar, siempre al tanto de los últimos avances en ingeniería naval, ha sugerido una actualización de nuestro colector de combustible que permite aprovechar los chorros de radiación que emiten ciertos tipos concretos de estrellas para sobrecargar el motor de salto y hasta cuadruplicar su alcance de salto en el caso de las peligrosas estrellas de neutrones. Es una práctica peligrosa que deteriora el motor de distorsión, pero podría ahorrarnos mucho tiempo de viaje al acelerar tanto nuestro avance con cada salto.

Nos aproximamos a una estrella de neutrones para sobrecargar el MDD

Lo cierto es que las primeras veces que usamos una estrella de neutrones para sobrecargar el MDD y realizar un salto de más de ciento setenta años luz pasamos bastante miedo. Pero después, como todo, se convierte en rutina y enlazamos varios saltos desde estrellas de neutrones sin problemas, cubriendo una distancia de más de quinientos años luz en cuestión de minutos. Salvo por el paulatino deterioro del MDD, no tenemos la percepción de peligro al realizar la maniobra. Pero entonces ocurre la desgracia.

La Atenea realiza una peligrosa maniobra, que a la postre la conducirá a una terrible situación

- Preparando maniobra de aproximación al chorro de radiación -digo mecánicamente como tantas veces.
- Comandante, vamos demasiado rápido... -hay un punto de nerviosismo en la voz de Nakamura que me hace dar un respingo.
- Sí, voy a corregir la trayectoria...
- ¡Comandante, apártenos del chorro!
- ¡Maldita sea!, ¡el tirón gravitacional es demasiado fuerte, no vamos a conseguirlo!

Los crujidos en la nave se hacen ensordecedores en cuanto la proximidad al cuerpo celeste nos saca de supercrucero. Los chorros de partículas nos zarandean como su fuéramos una pluma en mitad de un tornado.

- ¡¡Björnsson, seleccione un sistema para saltar, el que sea!! -grito
- ¡¡Estoy en ello, estoy en ello!! -la atronadora voz del gigante de ascendencia vikinga suena marcada por la preocupación.

La retícula del sistema seleccionado me aparece a unos noventa grados a babor y en el plano del rumbo actual, así que activo de inmediato el motor de salto y comienzo la maniobra. En teoría, con una rotación y luego tirando de la palanca tardaría segundos en encarar el sistema, pero la nave es  prácticamente ingobernable.

- ¡Vamosssss, vamossssssss...!

No puedo evitar mascullar entre dientes mientras me afano en hacer que la proa de la nave apunte al sistema seleccionado para el salto. Pero parece una tarea inútil. Un nuevo crujido hace aparecer una grieta en el ventanal y se me hiela la sangre. Suelto la palanca de gases y agarro la palanca del timón con ambas manos mientras la computadora sigue advirtiéndonos de los daños.

- ¡¡VAMOS, MALDITA SEA, NO VAMOS A TERMINAR ASÍ!!, ¡¡NO PODEMOS TERMINAR ASÍ!!