martes, diciembre 27

40 Cazador cazado

FECHA GALÁCTICA: 27 de diciembre de 3302


"Las mejoras en la Ares van incrementando su capacidad combativa. Los nuevos refuerzos de casco y el blindaje militar han incrementado el peso, pero a cambio proporcionan una capacidad de supervivencia nada despreciable. Las modificaciones de motor de Palin han paliado un poco la pérdida de velocidad y maniobrabilidad, y las modificaciones de Elvira Martuuk en el motor de distorsión la hacen mantener un buen alcance de salto para la clase de navío que es. Y la nueva piloto se ha integrado bien con la tripulación. Quizá detecto cierta tirantez con Nakamura, pero..."

- Comandante, al puente.

La voz de Nakamura parece tranquila, por lo que me tomo un minuto para cerrar la sesión en la computadora y marcar la grabación del cuaderno de bitácora como borrador. La terminaré más tarde.

- ¿Qué tenemos? -digo con voz firme mientras me siento en el puesto del piloto.
- Es una Cobra Mk III buscada, pensé que podríamos hacer una interdicción y embolsarnos algo de dinero.

La Cobra del comandante v1p0FF, buscado por la justicia

Nakamura señala el punto brillante que se ve a través del ventanal navegando en supercrucero, a cierta distancia delante de nuestra nave, al parecer con el mismo rumbo.

- Cuarenta y cinco mil créditos de recompensa no es mucho, Nakamura... -le digo extrañado.
- Más los que pueda tener en otras jurisdicciones, comandante -interviene Haley y le sonríe a Nakamura, que la mira de reojo y arquea una ceja.

Se trata de una nave rápida. Si quiere escapar podría hacerlo fácilmente a menos que nuestro ataque sea fulgurante, y si tenemos que usar el escáner de registro criminal le daremos unos preciosos segundos que la pondrán fuera de nuestro alcance.

- Está bien. Vamos allá. Haley, prepárate para desplegar el caza. Nakamura, en cuanto comience la interdicción comunícate con el tal... comandante v1p0FF... y dile que se someta por las buenas a un escaneo o será destruido. Comenzando interdicción en 3, 2, 1... ¡ahora!.

El protocolo de interdicción es algo ya muy familiar para mi, pero en este caso el comandante se somete de inmediato. ¿Obediencia a la exhortación de Nakamura o una preparación para saltar a otro sistema en el menor tiempo posible? Lo veremos en seguida.

- ¡Comandante, detenga impulsores para someterse a un escaneo de seguridad! -escupe Nakamura sin misericordia.
- ¿Por qué? -contesta el comandante de la Cobra. Ah, ya veo. La recompensa...

Los anclajes de armamento están desplegados, y Haley ya tiene al caza en el espacio. A la mínima señal de intento de huida, abriremos fuego sin necesidad de que yo de orden alguna. Pero nada ocurre. La nave sigue estacionaria, sometiéndose al escaneo.

La Ares, con el caza Fobos recién desplegado. El otro caza, Deimos, permanece en el hangar.

- ¿Sabes?, la destrucción de mi nave tampoco me supone un problema. Pagaré mi seguro, mis crímenes quedarán limpios y volveré a volar.

Nos ha salido un poco chulo, el piratilla. Me cae bien. Nakamura hace un gesto negativo cuando termina el escaneo:

- Ninguna otra multa en otras jurisdicciones, comandante. Me temo que esos cuarenta y cinco mil créditos es todo lo que sacaremos.
- Está bien, déjame que hable con él -le digo a mi primer oficial.
- Le paso el enlace, comandante.

Un chasquido de estática me indica que tengo en línea al piloto. Su cara no me aparece en la holopantalla. Nos ha salido tímido.

- Aquí el comandante Escorpión. Hoy has tenido suerte. Soy un cazador de grandes presas y tu recompensa es demasiado pequeña para mi gusto, puedes continuar. Ten cuidado, comandante. La próxima no habrá piedad.

Pero antes de que llegue la contestación...

- Comandante, nave desconocida entrando desde supercrucero... es un Cúter imperal... ¡despliega anclajes! -dice Nakamura alarmada.
- Encarando, seleccionando objetivo, ¡potencia máxima a escudos, cero a motores!
- ¡Nos disparan! - avisa Björnsson.

Una ominosa presencia que se nos echa encima a rápidamente

La Cobra se pone a toda máquina y usa postquemador para alejarse, mientras Haley ya está atacando al Cúter. Las alarmas de calor me indican que la nave enemiga ha pasado por el taller de algún ingeniero que ha conseguido sacar un efecto especial para sus armas. No va a ser una pelea fácil.

- Los escudos aguantan bien, comandante. A este ritmo podemos mantenernos sin que toquen nuestro casco lo suficiente para acabar con ellos. Parecen penetrar los escudos de alguna forma, aunque los daños en el casco sean mínimos. Aguantaremos.

Björnsson sabe lo que dice. Cuenta con las mejoras que hicimos al escudo, los potenciadores de escudos y sus propias modificaciones y las células de recarga. También los refuerzos del casco y las mejoras del blindaje. La nave enemiga es rápida, pero su potencia de fuego es menor que la nuestra. Tampoco ha desplegado ningún caza. Aplico velocidad negativa y vector ascendente y ambas naves empiezan a girar una frente a otra intercambiando furiosos ataques.

- Nakamura, ¿qué tal encajan ellos nuestro ataque?
- Nuestros láseres de rayo hacen bajar su escudo a buen ritmo, comandante.

No puedo evitar una sonrisa satisfecha. Me pregunto qué hace la Cobra y si estaba metida en esta emboscada como cebo o ha sido todo una casualidad. Pero cuando echo un vistazo a los sensores para ver por dónde anda, se me congela la sonrisa en la cara.

- ¿Pero qué...? Atención, tenemos otro contacto en los sensores... ¡otro Cúter imperial!

Este rinconcito del espacio se está volviendo de repente en un lugar muy concurrido. La nueva nave debe ser un compinche más que se une a la fiesta. Y en efecto, para corroborarlo abre fuego contra nosotros en cuanto se pone a distancia. Me lo pienso un par de segundos, pero decido que no merece la pena. Nakamura me mira y veo en su mirada que piensa lo mismo: no vamos a poder con las dos.

- Replegando anclajes, voy a encararme con ellas y a cruzarme de frente. Björnsson, señuelos a mi señal... ¡Ahora!
- Comandante, activando célula de recarga, escudo en niveles peligrosos -avisa el gigante mientras gesticula con el interfaz desde su puesto.
- Activando navegación silenciosa. Salazar, eyector térmico a mi señal... ¡Ahora!

Busco un sistema cercano y activo el motor de distorsión. Con las maniobras hemos ganado unos segundos preciosos de tranquilidad, pero no tardan en volver a disparar sobre nosotros y los escudos bajan a buen ritmo con los dos Cúter pegados a nuestra popa: son rápidos y no puedo dejarlos atrás con la Corbeta federal, así que solo queda esperar que las medidas tomadas me consigan el tiempo suficiente para salir de ahí vivo... Y finalmente la computadora inicia la cuenta atrás, 4, 3, 2, 1... y saltamos sanos y salvos para luchar otro día.

"No olvidar al comandante v1p0FF", anoto en el cuaderno de bitácora.

viernes, diciembre 23

39 Puesta a punto para salir de caza

FECHA GALÁCTICA: 23 de diciembre de 3302

La joven estaba en el puente de mando revisando una pantalla tras otra, comprobando que todo estuviera en orden mientras se hacían las mejoras. Como la primer oficial, era su trabajo estar al tanto de todo. Pero su mente estaba en otro lugar. De vez en cuando, miraba de reojo al comandante.

Selene Jean, Ingeniera independiente con base en Kuk especialista en blindaje y refuerzos de casco

La Anaconda está hoy en los hangares de Prospector's Rest, en Kuk, donde la Ingeniera independiente Selene Jean está poniendo a punto los refuerzos de casco. La Atenea no lleva ningún refuerzo de casco normalmente (demasiado peso inútil para una nave de exploración), pero la sargento Salazar tuvo la buena idea de instalar todos los refuerzos de las naves de combate (la Imparable y la Ares) y hacer un solo viaje con la nave de mayor alcance de salto para ahorrar costes y tiempo. Björnsson y Salazar están fuera con el personal de la base, observando el proceso de mejora directamente y verificando sobre el terreno que todo está en orden.

Noche cerrada en Prospector's Rest cuando llegamos en la Atenea

Pero lo cierto es que todo eso traía sin cuidado a Nakamura. Estas últimas semanas, tras el fracaso en el ataque a aquella base terrestre, el comandante había decidido una serie de cambios en las naves, lo que incluía un pequeño hangar de cazas para la Anaconda y otro, de dos cazas, para la Corbeta federal. Eso llevó contratar un piloto para encargarse de pilotar el caza. Una piloto, para ser más exactos.

La piloto había encajado bien en la tripulación. La había escogido personalmente el comandante, en lugar de delegar en la primer oficial la selección de candidatos, como había ocurrido con Björnsson y Salazar. Y ahora mismo el comandante y ella están de pie, junto al asiento del piloto, bromeando sobre algo que Nakamura no acierta a escuchar. La risa de la mujer es franca y sonora, y echa la cabeza hacia atrás al reír. La bajísima gravedad de Kuk B 3 (apenas 0,15 G) hace que el pelo se le mueva de forma ridícula y le quede flotando alrededor de la cabeza unos segundos antes de volver a caer lentamente hacia abajo. Nakamura se toca su propio pelo instintivamente, comprobando que el fijador lo mantiene en su sitio. La nueva piloto es pelirroja y lleva el pelo un poco más largo que ella. Se pinta los labios a juego con el color del pelo. Es más alta que Nakamura, y su forma de andar es casi masculina. Haley, se llama. Haley Clemons.

Haley Clemons, de refugiada de Leesti a piloto de combate

Y lo cierto es que la joven reconocía que había sido una buena elección. A pesar de haber sido contratada con el rango de Inofensivo, ahora ostenta el rango de Experto tras los combates que habían tenido últimamente. Las misiones realizadas para obtener los materiales y mercancías que los Ingenieros demandan han sido moviditas y han permitido ponerla a prueba. Su comisión era por tanto más baja que si hubiera sido contratada con un rango de Experto, por ejemplo. Exactamente la mitad.

Habían realizado viajes de largo alcance hasta Maia para recoger fragmentos de artefactos desconocidos para el profesor Palin.

El comandante Escorpión usa el caza F63 Condor para examinar de cerca un artefacto desconocido

Y misiones de combate de diversos tipos para obtener los raros materiales y mercancías que no habrían podido conseguir de otra manera.

Además de conseguir los materiales y mercancías buscadas, vamos recaudando para cubrir gastos

Y no hay que olvidar las operaciones de minería para obtener la painita solicitada Selene Jean.

Nakamura había estado observando al comandante estos últimos días. Pasaba mucho tiempo con Haley. Ahora era la nueva piloto la que gobernaba la nave mientras el comandante estaba fuera con el VRS o pilotaba el caza para realizar en persona el reconocimiento de una base antes de atacarla. A veces pensaba en que no estaría mal que les reventaran la nave un día de estos: no hay cápsula de escape para un quinto tripulante, por lo que sería la última vez que viera la cara de Haley Clemons. Nakamura esbozó una sonrisa maliciosa.





domingo, diciembre 11

38 El duro suelo

FECHA GALÁCTICA: 11 de diciembre de 3302

La Vulture enemiga maniobra hacia nuestra popa con rapidez y agilidad, y mientras, la Ares trata de seguirla con los sistemas de punteria de las armas guiadas sin mucho éxito.

- ¡Comandante, necesito un ángulo de tiro! -masculla Nakamura intentando que los enormes láseres de rayo apunten a la nave enemiga.
- ¡Hago lo que puedo! ¡Esta nave parece un ladrillo con esta gravedad!

Cuando accedimos a aquella polémica misión de atacar esta base planetaria, no pensaba que el principal problema fuera un enemigo invisible que nos atrae y nos amenaza con estrellarnos contra las duras rocas de la superficie. Hace una semana aceptamos una misión de destrucción de deslizadores centinela y creía que este asalto no sería mucho más difícil. Me equivocaba.

La misión de eliminar drones de la semana pasada fue mucho más sencilla
La base que tenemos que asaltar hoy tiene drones, defensas terrestres, defensas antiaéreas y una nave de autodefensa, una Vulture pilotada por un piloto de categoría Letal.

El vozarrón de Björnsson hace retumbar los ventanales del puente de la corbeta:

- ¡Señor, escudos al 60 %! ¡Hay que alejarse de las baterías antiaéreas de la base!
- ¡Estoy en ello, estoy en ello!
- ¿Activo una célula de recarga? -añade la mole humana.
- Negativo, todavía aguantamos y estamos al límite de temperatura.

En la base, los drones de defensa aguardan a que la batalla aérea finalice
Aplicando postquemador nos alejamos de los antiaéreos de la base y hago girar la nave para encarar la Vulture. Nakamura le coloca una andanada completa de los cuatro láseres de rayo, los dos enormes y los dos medianos, que hacen caer los escudos de la pequeña nave antes de que nos sobrepase y vuelva a colocarse fuera de ángulo.

- Cambio a proyectiles. Deme un nuevo ángulo de tiro y acabo con ella en la siguiente andanada...

La voz de Nakamura vuelve a sonar neutra, concentrada. Agresiva.

- Un segundo, un segundo... perdemos altura... ¡Salazar, potencia a motores!
- Pasando máxima energía al condensador de motores, comandante -contesta la sargento.

Tarde. Estabamos demasiado cerca del suelo y el giro con la postquemación nos ha hecho perder altura y dirigirnos a un promontorio cercano. Vamos a colisionar.

- ¡Preparados para impacto!

Con el tremendo golpe, los escudos caen con el característico zumbido de intensidad decreciente y eso nos deja vulnerables a los disparos de la Vulture, que ya comienza a grabar con fuego el blindaje de nuestra nave, aprovechando bien su oportunidad. Sé que gracias a nuestro blindaje aguantaremos frente a ella, solo tengo que volver a girarme mientras ganamos altura.

- Agarraos, aplico postquemación otra vez. Girando... ¡atrás toda!

La palanca de gases de la nave sufre constantes tirones y empujones en esta lucha contra la Vulture y la gravedad

La nave gana altura y la hago girar para encarar al pequeño enemigo que nos acosa. Luego invierto motores y comienzo a desplazar la nave hacia atrás. Nakamura abre fuego con los cañones multitubo medianos y con el cañón grande. Incluso añade a intervalos los láseres de rayo, poniendo un ojo en la temperatura. Los impactos salpican el casco de la nave enemiga y la computadora de la nave hace bajar la estimación de su blindaje rápidamente. Además, los proyectiles del anclaje grande del cañón penetran en el interior de la nave enemiga en cada impacto, dañando los vitales sistemas internos.

El duelo frente a frente se prolonga por unos segundos, con nuestra corbeta desplazándose hacia atrás y la Vulture aproximándose a toda máquina para tratar de rebasarnos y apartarse de nuestro mortal cono de fuego. Pero la Vulture se deshace por momentos: no puede aguantar un fuego de esa magnitud. La nave enemiga explota y los pedazos trazan un arco ascendente y luego caen rápidamente a tierra.

Sin embargo, el intercambio no ha salido gratis. Los impacos de la Vulture, recibidos de frente, no solo han dañado un poco el casco de la Ares, sino que han dejado completamente agrietado el ventanal del puente.

La voz femenina de la computadora me sobresalta:

¡UNDER ATTACK!

- ¿Que demonios...? ¡Maldita sea, nos hemos metido de nuevo en el espacio aéreo de la base!

No podemos iniciar el asalto a la base planetaria con los escudos desactivados, hay que recargarlos primero. Tengo que revertir de nuevo la potencia, girar y aplicar postquemación para alejarme... ¡y ganar altura!

- ¡Por Randomius, nos vamos a chocar con esa torre!

Recibimos el impacto contra la torre por babor, mientras las baterías de tierra siguen disparando contra nosotros sin descanso. La nave se detiene y los ventanales estallan. El aire del puente escapa llevándose consigo los pedazos del cristal blindado. Salazar aplica potencia máxima a motores sin que tenga que darle la orden y la nave gana velocidad cuando empujo brúscamente la palanca y aplico de nuevo el postquemador, alejándose rápidamente. Pero para nosotros los segundos parecen minutos. Para cuando logramos alejarnos lo suficiente del alcance de las potentes baterías, el casco ha caído a un peligroso 15%...

- Nakamura, rumbo a la base. Tenemos el tiempo justo para llegar con el oxígeno que tenemos...
- Muy justo, comandante. Muy justo.

Por los pelos... otra vez

En efecto, ha ido muy justo. La factura de reparación de la corbeta es millonaria y además hemos fracasado en nuestra misión. Y por si fuera poco tenemos una pequeña recompensa sobre nuestras cabezas por el ataque a la base planetaria. Decididamente estas misiones no nos salen rentables.

En la tranquilidad de uno de los tugurios de Flade Enterprise, charlo con la tripulación sobre nuestros nuevos movimientos.

- Chicos, creo que es el momento de equipar a nuestras naves grandes con los nuevos hangares de cazas para uso civil. La Ares se beneficiaría de un hangar doble y la Atenea de uno simple.
- ¿Para qué un hangar doble, si la regulación de la Federación de Pilotos no nos permite lanzar más de uno? -interviene Nakamura.

Salazar carraspea y le contesta:

- Si uno resulta destruido, podremos lanzar el otro de inmediato sin esperar a que el ensamblador monte las piezas del nuevo caza.

Nakamura masculla algo en su japones nativo, algo malsonante sobre el sistema de telepresencia, el ensamblador de cazas y las limitaciones a desplegar un solo caza por nave. Me gusta la forma en la que arruga el entrecejo cuando se enfada.

- Nakamura, vamos a necesitar un piloto de caza para la tripulación... ¿se encarga de hacer una preselección? Nada demasiado caro, ya adquirirá experiencia con nosotros.
- Ya... el único requisito es que esté suficientemente loco como para embarcarse en nuestra nave sin cápsula de escape para él, ¿no?.
- Sí... es algo inquietante, ¿no te parece? Pero para eso cobran un buen porcentaje de los beneficios... -replico ante la mirada desaprobadora de todos.

Y para cambiar de conversación, añado algo más:

- ¿Y qué os parece si nos acercamos a los ingenieros para mejorar aún más el rendimiento de las naves? Seguro que Salazar tiene algunas ideas para cada una de ellas...