miércoles, mayo 6

13 Pruebas de combate

FECHA GALÁCTICA: 20 de abril de 3301

El olor a nuevo en el interior del puente de la "Fajadora" todavía se hace patente durante los primeros minutos del vuelo. Como siempre, una nueva nave significa pasar por una serie de pruebas de vuelo y de combate antes de tener todo ajustado a nuestro gusto. Nakamura aboga por mayor potencia de fuego a costa de una reducida capacidad en los escudos, pero inicialmente, y con el presupuesto de que disponemos, la Vulture recién estrenada tendrá que conformarse con un equipamiento equilibrado. Una vez pasemos una primera ronda de pruebas, las mejoras futuras ya se irán decidiendo.

- Protocolo de despegue, Nakamura.

- Luces encendidas. Impulsión vertical. Avante un tercio.

- Aplicando vector de aproximación. Vaya, mira como se mueve. Es... tremendamente ágil.

- Sus especificaciones ya indicaban que era maniobrable, y además nos hemos gastado una millonada en equipar los mejores impulsores...
- Abandonando la estación. Rumbo a los anillos de Una 2.
- Tren de aterrizaje arriba. Luces fuera.

Durante la siguiente media hora, la nave demuestra su capacidad contra navíos enemigos de eslora muy superior: Imperial Clipper, Federal Dropship, Python o Anaconda caen fácilmente bajo los enormes láseres gemelos de la Vulture.

La primera víctima: una Imperial Clipper
- No es una nave rápida, eso está claro -le digo a mi primer oficial.
- Sí, cuando toque enfrentarse a enemigos superiores no habrá forma de escapar. De ahí mi preferencia por tener la máxima capacidad ofensiva: si estás obligado a combatir, hazlo con las mejores armas.
- ¿Un viejo proverbio japonés?
- No, comandante. Pura lógica.

De regreso a la estación espacial Hoard Orbital discutimos algunas configuraciones posibles, pero decidimos esperar a tener algunas experiencias de combate más desafiantes e intensas antes de realizar los cambios. Y la oportunidad de llevar a nuestra Vulture al máximo de su rendimiento surge cuando el comandante Nebula se presenta con su potente Viper.

- ¿Qué tal, comandante? -nos saludamos estrechándonos las manos, una vieja costumbre de la antigüedad, ahora en desuso.
- Vengo del astillero, -dice Nebula con semblante satisfecho- acabo de hacer nuevas mejoras en al nave.
- Vaya, que conveniente... nosotros también hemos hecho mejoras: ahora pilotamos una Vulture, de Core Dynamics.
- Mmmm... ¿y qué tal va?
- Pues de momento muy bien, pero tenemos que probarla a fondo. De hecho, hemos visto que desde hace unos días Sokoq Ring, mis enemigos declarados, están en guerra con otra facción del sistema. Pagan bonos de combate ambos bandos... ¿qué te parece?
- Que me apunto -dice sonriendo mientras ajusta el cuello de su traje espacial de color verde caqui.

Minutos más tarde estamos llegando a la zona de conflicto cerca de Una 4, donde dos flotillas de ambos bandos combaten por el control del sector.

Nada más llegar a la zona de conflicto comprobamos el caos de la batalla

Todas las naves de Sokoq Ring aparecen marcadas como hostiles debido a nuestros continuos enfrentamientos en los anillos de Una 2, pero no obstante conviene establecer la señal de identificación para que cualquier otra nave que pudiera entrar en la zona de conflicto sepa a qué atenerse.

- Activando señal IFF

Las nave de Nebula y la nuestra se mantienen en formación y seleccionamos objetivos a los que atacamos coordinadamente.

La Vulture y la Viper demuestran que, bien equipadas, son una fuerza a tener en cuenta

Los láseres y rifles de raíl del Viper de Nebula y los láseres de Pulsos de clase 3 de nuestra "Fajadora" causan estragos entre las fuerzas enemigas.

Ninguna nave, ni siquiera una Anaconda, representa una amenaza por sí sola para nuestras naves bien coordinadas

Con la victoria de nuestro lado, y más víctimas de las que podemos contar, regresamos al espaciopuerto para cobrar nuestros bonos de combate. Descubrimos que el trabajo de mercenario está peor pagado que el de cazarrecompensas, y además las naves de combate a las que nos hemos enfrentado están mucho mejor equipadas que los piratas de tres al cuarto que suelen aparecer en los puntos de extracción de recursos. No obstante, como experiencia de combate para medir las capacidades de nuestra nueva nave, ha sido un éxito.

Al día siguiente, mientras reviso el tablón de anuncios, una misión llama mi atención. De nuevo una misión de eliminación. En este caso se trata de acabar con el criminal Steven Koch por 168.000 créditos. Es justo lo que necesitábamos: misiones similares han significado a veces nuestro fracaso, y las que han sido terminadas con éxito había sido a base de un gran esfuerzo y sufriendo graves daños durante el combate. Veamos qué es capaz de hacer la Vulture.

Viajamos a los sistemas cercanos en busca del peligroso asesino

El tipo es escurridizo. Tenemos que viajar a tres sistemas cercanos para intentar localizar alguna pista sobre él. Finalmente un rastro: alguien ha tenido un encuentro con él en el sistema Una y ha sobrevivido para contarlo. Rumbo a Una de nuevo.

Finalmente regresamos al sistema Una: el último lugar donde ha sido visto Steven Koch

Salimos de la velocidad de supercrucero varias veces a investigar señales sin identificar sin ningún éxito. El tiempo pasa y los nervios se acentúan, pero finalmente una de las señales resulta ser la Anaconda de Koch. No cruzamos palabra alguna: mientras estamos pasando el escáner de confirmación de eliminación la nave de Koch comienza a disparar una andanada que hace temblar nuestros escudos.

- ¿Ah, si?, con que esas tenemos... -digo en voz alta sin ser consciente de ello.

El combate contra la poderosa nave de Steven Koch no es fácil, pero en ningún momento nos pone en un aprieto

Plasma a miles de grados de temperatura cruza el espacio en dirección a nuestra nave, y realizo bruscas maniobras para evitar la mortífera materia incandescente. Afortunadamente el plasma es un proyectil lento y la maniobrabilidad de la Vulture hace que Koch no sea capaz de mantenernos en su arco de disparo principal el tiempo suficiente para obtener resolución de disparo. Conforme avanza la batalla, Nakamura y yo nos damos cuenta de que la Vulture, gracias a su tremenda maniobrabilidad, puede mantenerse bailando alrededor de la Anaconda y minimizar los impactos recibidos mientras tritura los escudos del navío enemigo con sus láseres.

Al fin, el reactor de fusión que da energía a la nave enemiga se viene abajo tras recibir numerosos impactos directos y explota en un cegador estallido que deja fragmentos de todos los tamaños flotando inertes delante de nuestra nave. La computadora informa de 370.000 créditos de recompensa adicionales y mis ojos se abren como platos. Nakamura no puede reprimir un silbido.


La recompensa por Koch de 370.000 créditos se suma a los 168.000 créditos por cumplir la misión
Pero lo principal es que volvemos a la estación con la sensación de haber conseguido superar una barrera, de pilotar una nave capaz de enfrentarse a oponentes de primera línea y salir claramente victoriosos del enfrentamiento.

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