miércoles, abril 1

03 Primer Encuentro

FECHA GALÁCTICA: 27 de marzo de 3301

La condensación empieza a notarse en el ventanal del puente mientras la primer oficial Nakamura y yo escudriñamos el espacio y las pantallas. Todos los sistemas están apagados salvo el soporte vital y los sensores. Somos una borrón oscuro prácticamente imposible de detectar en la inmensidad negra del sistema Ualame, donde nos hemos citado con el comandante Nebula. Tras enviarle los códigos de nuestra radiobaliza, esperamos que llegue de forma inminente. Toda precaución es poca en una galaxia hostil y despiadada, donde un exceso de confianza en un momento equivocado o con una persona equivocada puede acabar con tu culo en la cápsula de escape flotando en el espacio y tu valiosa carga en la bodega de algún oportunista.

Una minúscula gota de agua flota ingrávida delante de mi campo de visión y cuando levanto la mano para atraparla como a un insecto, la computadora emite un "blip" y un nuevo contacto aparece en los sensores, recién abandonada la velocidad de supercrucero. Nakamura selecciona el contacto y confirma que es una Eagle solitaria. De momento. Activo los impulsores y tras girar la nave en dirección al contacto, en unos segundos se confirma la identidad del comandante Nebula. Es la hora de conocer a nuestro futuro socio.

Una Eagle solitaria en los sensores...

- Comandante Nebula, permanezca estacionario y mantenga los anclajes de armamento cerrados mientras realizamos un escaneo de rutina.

Y es que aunque la computadora dice que su expediente está limpio en este sistema independiente, quién sabe si ha cometido fechorías en otras jurisdicciones y yo soy su próxima presa. Mientras el escáner trabaja, observo su nave monoplaza. El aspecto y funcionalidad de un navío dice mucho del capitán que lo manda. Pintura de serie casi impoluta, sobrias insignias de la Federación de Pilotos con su rango de combate y de comerciante. "Podría ser mi propia nave..." pienso mientras el escáner de confirmación de eliminación deja claro que está completamente limpio.

- Todo en orden, comandante. Bienvenido.

Ninguna floritura en la pintura de su nave

Tras las presentaciones y un poco de charla informal, pienso que es agradable poder hablar en tu idioma natal. El inglés es casi una lengua franca hoy en día y pocas veces tengo la oportunidad de hablar el español con otros comandantes. Le informamos de nuestro destino: Scythimichs. Es un sistema bastante alejado del centro de la esfera habitada por la humanidad, prácticamente en la frontera de lo desconocido. Nebula irá dirigiendo la ruta de más de 85 años luz desde Ualame. La autonomía de su nave es menor que la de nuestra Cobra y necesitaremos repostar un par de veces. Ya que no tenemos prisa, el plan es detenernos en los sistemas sin cartografiar para aprovechar los beneficios adicionales que nos dará la venta de datos en la oficina de Cartografía Universal. Nada detallado, solo identificar los objetos celestes y saltar al siguiente sistema. Y en caso de interdicción hostil mientras estamos separados, avisar y darnos prisa para asistirnos mutuamente...

Nakamura tamborilea con sus dedos en el antebrazo del sillón: estoy ya diciendo obviedades, será mejor ponernos en marcha.

Nebula se revela un piloto competente a los mandos de su Eagle. En los primeros sistemas de la ruta nos interrumpen un par de piratas de poca monta usando viejos Sidewinder y dejo que sea él el que tome la iniciativa en el combate mientras observo sus evoluciones y uso el escáner de confirmación de eliminación para aprovechar cualquier cuenta pendiente que tuvieran en otras jurisdicciones. Terminamos con ellos sin el más mínimo problema, implacables con semejante escoria. Al principio no nos coordinamos bien en nuestras maniobras y nos cruzamos un par de veces de forma peligrosa, pero en seguida nos acostumbramos a tomar las debidas distancias. Todo parece ir bien y llegamos a un sistema sin cartografiar que cuenta con varios planetas, así que nos dividimos para acabarlo rápido y seguir camino. Y es precisamente en esos momentos, cuando te relajas, cuando todo puede torcerse.

La voz de Nebula en el comunicador suena distorsionada, apenas audible:

- ¡Inte.....ión!, ¡e...na....ton!


Creo entender que es otra interdicción, pero no escucho bien lo siguiente que ha dicho. "Otro pirata de baja estofa en Sidewinder que se cree el Temible Pirata Roberts", me digo a mi mismo mientras la subteniente comprueba la distancia a mi nuevo socio. Más de 400 segundos luz, no está cerca...


- ¡Repito, es una Python!


Nakamura y yo intercambiamos una mirada de preocupación. Con un fuerte tirón de la palanca pongo rumbo a la nave de Nebula y confirmo la siniestra noticia. Tiene detrás una Python que finalmente lo saca de la velocidad de supercrucero antes de que lleguemos.


- ¡Aguanta! -le digo por radio-, ¡mantén la distancia y no dejes que se te acerque!

La Python es más rápida de lo que parece. De hecho, es más rápida que la Eagle que pilota Nebula, a menos que use el sobreimpulso, donde la Python realmente anda escasa. Pero cuando entramos en el sector, decelerando varias magnitudes de velocidad en apenas un par de segundos, presenciamos como la enorme nave amiga de lo ajeno tiene todavía en distancia de tiro a la Eagle de Nebula, cuyos escudos van menguando poco a poco. Desplegando las armas mientras nos acercamos a toda velocidad, me tomo un segundo para comprobar con cierto alivio que la configuración de la nave enemiga está lejos de ser de primera línea. Caemos sobre su popa disparando los láser continuos contra sus impulsores y manteniéndolos fijos en ese punto hasta que la sobrecarga por calor hace que se nos desactiven. La inesperada avalancha de energía destructiva sobre su nave ha causado que la Python comience a girar hacia nosotros, dejando la Eagle de Nebula libre, con los escudos ya muy reducidos. Entonces es cuando empieza el juego del gato y el ratón: nuestras naves girando alrededor de la voluminosa pero bien armada nave pirata mientras ella trata de alinear sus armas sobre nosotros y abrirnos en canal. En apenas un minuto, se hace evidente que la batalla está ganada: vomitando contenedores por la bodega abierta de par en par por los precisos disparos del cañón automático de Nebula, y los impulsores gravemente dañados haciendo que el navío sea una pesadilla ingobernable, a la tripulación de la nave pirata solo le queda encomendarse a sus dioses. Cuando estalla al fin, y la computadora informa de los más de 20.000 créditos de nuestra parte de recompensa, no puedo evitar aliviar la tensión comentando en tono jocoso...

- Esos créditos nos vendrán muy bien.
- Y que lo digas -responde Nebula.

El resto del viaje procuro no separarme de Nebula por si acaso, pero transcurre bastante más tranquilo y tras un par de paradas para repostar (y cobrar el dinero de las recompensas y de datos cartográficos vendidos) finalmente llegamos a nuestro destino. Es el momento de cederle a Nebula las 4 toneladas de carga prometidas. Mi primer oficial se gira muy despacio para mirarme.

- ¿Qué carga es esa que dice que le vamos a ceder, comandante?
- Sí... ah, ¿no lo mencioné?, acordé que además de los dividendos le entregaríamos 4 toneladas de mercancía para que la vendiera y se quedara con los beneficios.
- Probablemente eso sean unos 60.000 créditos...

Los músculos de la mandíbula de la joven se tensan, pero no hace ningún comentario más. Sospecho que sabe que nuestro nuevo socio se ha ganado esa mercancía y que solamente los dividendos de nuestra venta no son paga suficiente para el trabajo realizado. Expulsamos la carga y observamos cómo Nebula ejecuta con elegancia y precisión las maniobras para recoger los contenedores.

Nebula finaliza el proceso de intercambio de carga

Atracamos en el puesto avanzado Wilson Settlement, donde nos apresuramos a vender la mercancía y cobrar las últimas recompensas y datos cartográficos. Comienzo a calcular los beneficios totales del viaje, pero mi eficiente primer oficial ya me los está facilitando:

- Unos 40.000 en recompensas, 51.000 de la cartografía, 332.000 de la mercancía y 3.000 de los dividendos de la mercancía vendida por Nebula. Total 426.000 créditos.

Por un momento creo que voy a escuchar el sonido metálico de una vieja caja registradora del siglo XXI cuando la subteniente termina de recitar las cantidades, pero no...

- Bueno, Nebula, ha sido un magnífico trabajo.
- En efecto, creo que he sacado unos 170.000 créditos en limpio.
- Bien, veamos si en este lugar tienen algo parecido a un bar y te invito a una ronda.
- Yo había pensado invitar a la primera...
- Pues tendrá que ser a la segunda...

Después de nuestro cauto primer encuentro en el espacio, cada uno en nuestra nave, este segundo encuentro cara a cara promete ser más distendido.

Los datos de la computadora de vuelo de Nebula ilustran nuestro primer encuentro

4 comentarios:

  1. Buenas Joaquín: si esto es una partida de rol, es una pasada. Y si es una novela por fascículos, es una pasada. ;-)

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  2. Jajaja, es un juego de ordenador: Elite: Dangerous. (www.elitedangerous.com) Pero tratándose de mi, no se puede esperar otra cosa que un poco de interpretación de personaje. Creo que lo hago hasta cuando juego al parchís... ;)

    Coñas aparte, dado que el juego carece de componentes de rol (es un simulador espacial sin trama, en el que puedes dedicarte a cualquier cosa: comercio, piratería, minería, cazarrecompensas, contrabandista, explorador, mercenario...) jugando con un poco de imaginación por tu parte la cosa alcanza cotas de satisfacción muy altas.

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  3. Anda, pues tiene mérito igualmente sacarle toda esa narración a las partidas de ese juego.
    Otra cosa: mis fuentes me han informado de que has terminado la partida en Umbría de "El ladrón entre las sombras" y me gustaría publicar una entrada en el Runeblog sobre la partida incluyendo una entrevista al máster. ¿Te hace? ;-)

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  4. ¿Tus fuentes te han informado?... ¡eres peor que la CIA!. Mándame un privado en Comunidad Umbría y hablamos.

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Gracias por comentar