martes, abril 7

04 Rutina y progresión

FECHA GALÁCTICA: 31 de marzo de 3301

En el camino de vuelta al interior del espacio de la Federación, el comandante Nebula y yo hemos hecho unos 80.000 créditos más: 53.000 en cartografía y 27.000 en recompensas. Nuestro plan para los próximos días es localizar un sistema cercano con algún planeta que tenga un anillo en explotación y dedicarnos a patrullarlo: los piratas suelen rondar estos anillos para caer sobre las naves mineras como tiburones hambrientos y arrebatarles su preciada carga, conseguida con gran esfuerzo e infinita paciencia, así que nos dedicaremos a pescar a esos tiburones. No es una tarea exenta de riesgos, claro, pero buscando un sistema medianamente civilizado no faltarán naves de seguridad en la zona que nos ayuden si las cosas se ponen feas.

También es posible cazar forajidos en la baliza de navegación que todos los sistemas habitados tienen cerca del punto de salto, y que se usa como punto de reunión estándar para todo el tráfico del sistema. Pero he oído que suele ser un lugar más concurrido por todo tipo de pilotos, incluidos psicópatas sin escrúpulos que buscan destruir tu nave por el mero placer de verla explotar... así que nos ceñiremos al plan de patrullar el anillo. Hasta ahora no nos ha ido mal con ese procedimiento.

- Comandante, ¿qué tal el sistema Una? Tenemos a la "Obstinada" atracada allí, y comentó que quería buscar un rato para cambiarle algunos componentes a esa nave.

La primer oficial Nakamura ya está abriendo el mapa del sistema mientras me hace la sugerencia. Está muy cerca de nuestra actual posición en el sistema Mjolnir y tiene varios planetas con anillo, un par de puestos avanzados y la estación Hoard Orbital, en cuyo astillero suelen tener un buen surtido de naves a la venta y donde tenemos atracada nuestra nave de carga Lakon Type-6, que lleva demasiado tiempo en el dique seco. Y como dice Nakamura, quiero hacerle modificaciones porque tengo nuevos planes para ella. La economía del sistema es de alta tecnología, lo que significa que seguramente tendrá un buen surtido de piezas de equipo para ese menester.

- Buena idea, subteniente. Pongamos rumbo a Una.

La "Audaz" se adelanta y llega al sistema con tiempo para examinar los distintos planetas. Son varios los que tienen un anillo en explotación, pero orbitando al planeta Una 2 tenemos un buen candidato: a poco menos de 20 segundos luz hay un puesto avanzado comercial que será nuestro punto de reabastecimiento y reparaciones para las patrullas en el anillo. Informamos a Nebula para que se reúna con nosotros allí y comenzamos la aproximación al punto de extracción de recursos mientras llega.

Nada más llegar al anillo, múltiples contactos en nuestros sensores. El color verde de muchos de ellos me indica que son de la Federación, en la que estoy considerado un aliado y ostento rango de alférez de fragata. Nakamura rápidamente identifica el resto de contactos que los sensores marcan en color amarillo neutral. Uno de ellos llama inmediatamente nuestra atención: un Imperial Clipper. Ya me he encontrado antes con uno de ellos en un lugar similar a este, y su actividad no era legal.

- Imperial Clipper buscado por las autoridades -dice mi primer oficial confirmando mis sospechas-. Recompensa local de 45.000 créditos, a falta de las que revele el escáner de confirmación de eliminación.

Mientras llega mi socio con su Eagle, decido acercarme a la distancia que mi mediocre escáner de confirmación de eliminación puede operar: 2,5 kilómetros. Diez segundos más tarde, y tal como sospechaba, la recompensa que la computadora marca para la nave pirata sube a 60.000 créditos. En esos momentos la nave se aproxima a una Asp que está cortando mineral con sus láseres de característico color púrpura. Comienza el baile.

En cuanto la Imperial Clipper inicia el bombardeo de su presa con láseres y proyectiles de cañón de gran calibre, las naves de seguridad Federal empiezan a aproximarse a la batalla y abren fuego. En apenas unos segundos el Imperial Clipper pasa de verdugo a víctima, con los escudos desactivados y su elegante casco de líneas curvas recibiendo terribles impactos de varias Viper y Eagle que se arremolinan a su alrededor como los buitres en torno a un animal moribundo.

- Nebula, tengo un Imperial Clipper pirata en los sensores. Ya está siendo atacado por varias naves de seguridad Federal y no va a durar mucho, ¿llegarás a tiempo?
- Estoy llegando...

Decido esperar hasta el último momento antes de abrir fuego. Sé que Nebula no recibirá recompensa alguna si elimino al pirata sin que él haya participado con al menos unos impactos, así que me armo de paciencia mientras observo de cerca cómo la computadora de mi nave informa de la integridad estructural del casco del pirata: 33%, 32%, 29%... ¡21 %!.

- ¿Pero qué caraj...?. Ah... una Anaconda de la seguridad Federal. A la Imperial Clipper le quedan segundos, Nebula...
- Estoy entrando...

Demasiado tarde, no llegará a tiempo. Apunto al objetivo cuando ya solo le queda un 4% de integridad y apenas es capaz de responder al fuego con sus propias armas. Los láseres convergen en el centro de la nave y casi de inmediato comienzan a sucederse las explosiones internas y a girar sin control, para acabar en una explosión que deja sus pedazos flotando inertes en el espacio.

La Eagle de Nebula aparece en nuestros sensores justo en ese momento. Por unos pocos segundos se ha perdido la diversión. Juntos, estudiamos la situación. Contamos cerca de 11 naves de seguridad Federal: una Anaconda escoltada por otras diez naves menores, Viper y Eagle.

- Tenemos que coordinarnos bien, las naves de seguridad acabarán con las amenazas muy rápido y puede que no tengamos tiempo de cobrar algunas recompensas si no conseguimos colocar algunos disparos sobre ellas. Tengo que intentar ser rápido con el escáner de eliminación para maximizar nuestras ganancias o incluso no usarlo cuando sospeche que la nave pirata no va a durar hasta que termine el escaneado.
- Recibido, esperaré la señal para abrir fuego.

Mientras hablamos aparece una Python a cierta distancia de nuestra posición, enzarzándose con las fuerzas de seguridad. Nuestra primera pieza del día. Coordinamos nuestro ataque con un sencillo pero efectivo protocolo de comunicaciones.

- A mi objetivo.
- Objetivo seleccionado.
- Escaneando... bien, 45.000 créditos de recompensa. Armas libres.
- Recibido, abriendo fuego.

En formación de patrulla

Tras la Python, otro Imperial Clipper que nos reporta unos suculentos 94.000 créditos, y luego vienen naves pequeñas: Sidewinder, Eagle, Adder y Cobra son las preferidas de los piratas locales. Atacando solas o en grupo, sus presas suelen ser los respetables mineros en Asp, transportes Lakon de diferentes modelos y alguna que otra Cobra, Python o Adder. Los periodos de frenética actividad de combate se suceden con momentos de calma cuando no aparecen contactos sospechosos en los sensores. En muchas ocasiones mantenemos vigilancia visual por los ventanales del puente, buscando en la negrura salpicada de estrellas los característicos destellos anaranjados de los láseres y las explosiones que nos indican la dirección donde se está produciendo un combate más allá del alcance de nuestros sensores. Pero en definitiva, lo interiorizamos todo como una rutina de combate que dura hasta que Nebula agota su munición de cañón automático. Con 370.000 créditos obtenidos en la Federación (algo más que mi socio Nebula por esa primera Imperial Clipper) más la cantidad extra en espacio de la Alianza e Imperio gracias al escáner de confirmación de eliminación, nos retiramos del anillo por hoy.

- Rumbo a Hoard Orbital, quiero visitar el astillero.
- Te sigo.

Disfrutando por fin de la gravedad artificial de la estación Coriolis, Nebula y yo nos acercamos al astillero caminando por sus curvos pasillos mientras comentamos las evoluciones de los combates del día. Saludamos a un par de pilotos con los que nos cruzamos, pero lo cierto es que Una es un sistema tranquilo con poco tráfico. Y mientras yo me dirijo al muelle donde me espera la "Obstinada", Nebula decide pasar por la oficina de venta: el medio millón de créditos calentitos que tiene en la cuenta le queman como plasma recién expulsado de una estrella. Un total de doce modelos de naves diferentes están listas para estrenar, siempre que tengas dinero en la cuenta, claro. El comandante Nebula se decide por vender su Eagle y comprar una Viper, una excelente nave de combate, con mejores prestaciones que mi Cobra en ese aspecto gracias a sus superiores escudos y mayor velocidad. Con medio millón de créditos tiene suficiente para equiparla de forma decente, pero sabe que si quiere sacarla sel astillero con lo mejor de lo mejor no será por menos de dos millones y medio. Pero así se avanza en este negocio: un poco de rutina, un poco de progresión.




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